“El Harambee” tuvo la participación de jóvenes laicos y misioneros durante los diversos momentos de reflexión y oración. Tuvo como tema el Primer Anuncio Cristiano, y “dónde” es posible hacerlo y sobre “cómo” debe hacerlo cada una de las personas en su propia tierra.
El viernes por la noche, el tema prosiguió con el II capítulo del Evangelio de San Lucas “Les anuncio una gran alegría” en el que se centraron en “quién” y en “cómo” tuvo lugar el Primer Anuncio.
El sábado por la mañana se visitó los lugares sagrados donde Don Bosco realizó primer anuncio: desde el Santuario de la Consolata hasta el pequeño patio de la iglesia de San Francisco de Asís. Por la tarde, se llevaron a cabo actividades para compartir las experiencias de verano y para escuchar el testimonio de los misioneros escuchando las experiencias al partir y los deseos más profundos de la llamada.
“La primera palabra, el primer anuncio en la vida de los pobres es el silencio. A veces es necesario estar junto a ellos”, explicó el P. Stefano Mazzer, profesor de Teología Sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Salesiana, con sede en Turín.
El domingo, se participó de la Santa Misa y el envío de la 149° Expedición Misionera Salesiana. Antes de la Santa Misa, los jóvenes escucharon el testimonio dos laicos comprometidos en el oratorio de Piazza Armerina, en Sicilia, y posteriormente participaron de la Santa Eucaristía y vivieron la experiencia del envío de 25 Salesianos de Don Bosco y 11 hijas de María Auxiliadora.
“La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”, ha recordado el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 273.