La asociación “Don Bosco 2000” abrió una sucursal en Tambacounda, en el corazón de Senegal, durante casi dos años, para iniciar proyectos de desarrollo para la población local. Actualmente viajan a Senegal, no son solo los trabajadores de la asociación, sino también los grupos de voluntarios. El último grupo, que recientemente regresó a Italia, estaba compuesto por 13 voluntarios de la red salesiana, quienes durante dos semanas estuvieron en estrecho contacto con las familias de las aldeas para realizar actividades de animación con menores. Una experiencia que dejó una profunda huella en ellos.
El P. Frusteri cuenta su experiencia: “Antes de emprender este viaje misionero, me preguntaba cómo tendría que comportarme con personas que diferían en cultura y religión. El intento de dar respuestas fue insuficiente, porque entonces te encuentras con los rostros alegres de muchos niños a pesar de la miseria, conversas con los jefes de las aldeas que sonríen y te dan la mano con una autenticidad que casi olvidaste tus prejuicios, porque ahora compartes emociones principalmente a través de las redes sociales, la selva que te saluda con sus colores verdes y sus perfumes...”.
Los voluntarios siguieron a los trabajadores de “Don Bosco 2000” a las aldeas internándose en lugares de extrema pobreza donde las familias luchan por sobrevivir.
“La experiencia en Senegal ciertamente ha marcado mi manera de ver la realidad – explica Saverio de Palermo – entiendes que todo lo que tienes todos los días es mucho y que tal vez se necesita muy poco para ser feliz”.
“Comenzamos este proyecto de viaje para llevar a los italianos a Senegal y durante dos semanas les hemos presentado las bellezas naturales del país, las aldeas, la cultura, la comida. Este es el mundo del que provienen los migrantes a quienes damos la bienvenida los nuestros centros en Sicilia”, declaró Agostino Sella, Presidente de “Don Bosco 2000”.
Por otro lado, concluye: “Conocer es siempre la base para la comprensión profunda de las personas y de una cultura”.