Durante su estadía por estas tierras, mencionó que hay una actitud que no es cristiana: la resignación. Es una tentación “que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino, que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar, que no sólo nos impide proyectar, sino que nos impide arriesgar y transformar”.
Más tarde el Papa Francisco visitó la catedral metropolitana donde pudo compartir y hablar a un grupo de niños, que en su mayoría participan en la catequesis de las distintas parroquias de la arquidiócesis de Morelia.
El tercer encuentro del Papa ha sido con unos 50 mil jóvenes. Luego de escuchar a 4 jóvenes. El Santo Padre dejó en varias ocasiones el texto preparado para incluir palabras que le parecieran más adecuadas al momento. A los jóvenes mexicanos les dijo que “son ustedes la riqueza de esta tierra”. “Es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites. Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los utiliza para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son tales”.
“Me han pedido una palabra de esperanza, la que tengo para darles se llama Jesucristo”, mencionó también el Papa, “cuando parezca que se nos viene el mundo encima, abracen su cruz, abrácelo a Él”. “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos”.
Al finalizar el encuentro tomó la palabra Mons. Monseñor Héctor Luis Morales Sánchez, Obispo Salesiano de Nezahualcóyotl, quien pidió al Santo Padre bendecir la Cruz misionera que recorrerá todo México e invitó a que cada joven “sea un callejero de la fe”.