El misionero salesiano P. Ubaldino Andrade empezó este año una nueva etapa como director de “Don Bosco Boys Home”, que es una casa para Chicos de la Calle de Sunyani, en Ghana. “Cada chico – afirma el P. Andrade – es como un libro en el que la portada ya es atractiva y cada capítulo me envuelve poco a poco al enterarme de sus vidas, contarme sus alegrías y tristezas, sus planes, sus esperanzas y sus sueños”.
En este tiempo Shata se ha hecho querer por su generosidad: “Más de una vez lo he visto compartiendo con sus compañeros lo que tiene, y cuando regresa del colegio, se cambia de ropa y se pone a limpiar todo lo que encuentra sin que nadie se lo pida”, resalta el salesiano.
“Shata tiene un tesoro: es un pequeño espejo roto, no más grande que la palma de su mano y que lo cuida como lo más preciado en el mundo. Me propuse hacerlo reír y lo logré, no sin esfuerzo”.
Hace unas semanas, el P. Ubaldino acompañó a Shata a la ciudad donde lo recogieron porque estaba abandonado, enfermo y sucio para ubicar a su madre y poder tener algún documento que acredite su edad. Para sorpresa del salesiano, “muchísima gente lo reconoció y se sorprendió, tal vez porque lo daban por muerto. Shata los reconocía y los saludaba”
Pero la verdadera sorpresa fue saber que no lo llamaban Shata, sino de muchas maneras, entre ellas: “Ebola”, por verlo sucio, enfermo y abandonado en la calle.
“A pesar de que no somos profesionales, y de que a veces no sabemos qué hacer, puede ser que a los chicos, como Shata, les estemos ofreciendo la mejor medicina para sus vidas: amor”, dice el P. Ubaldino.