Antes de colocarle la Cruz de Salesiano, el P. Tom se encontraba frente a la imagen de María Auxiliadora, muy cerca del Santísimo Sacramento y el P. Á.F. Artime quiso recordar los largos meses de prisión: “Hemos pedido repetidamente al Señor que se hiciese su voluntad y que nunca te faltase la fuerza interior. Y vemos que ha sido tal como le hemos pedido a Dios”, expresó. Añadió – “que estaba seguro del continuo apoyo de María al lado del P. Tom y no había duda de que ella te acompañaba todos los días como una madre”. Al escuchar estas palabras el misionero salesiano asintió con convicción.
Después de expresar su cercanía a la familia del P. Tom, el Rector Mayor le entregó su Cruz de Salesiano, expresando al mismo tiempo todo el valor de este gesto. “Quiero ofrecerte mi Cruz de Salesiano que siempre lo llevo, para que puedas llevarla siempre contigo. Y con esta señal, quiero decirte que es como que todos los Salesianos de hoy están contigo y estarán para siempre”.