En Antananarivo, la capital de Madagascar, muchos residentes no tienen electricidad ni agua. Muchas familias deambulan por las calles de los suburbios, donde las carreteras son de arena y de arcilla, accesibles solo con algunos medios, y en esos lugares improvisan refugios.
A unos 15 km de Antananarivo se encuentra el “Centro Notre Dame de Clairvaux” que cuenta con un internado para más de 100 muchachos de 13 a 18 años y ofrece la bienvenida a otros que desean formación. Por ejemplo, “Heritiana” es el nombre de un muchacho que fue abandonado y fue obligado a pasar su infancia en las calles, actualmente asiste a un curso profesional para convertirse en albañil y construir su casa que nunca tuvo.
Se encuentra también “Haja” que estudia ebanistería. Es el mayor de siete hermanos y quedó huérfano de madre. Viene de la miseria de los barrios pobres, pero en Clairvaux ha encontrado un hogar y puede contar con el afecto que negado. Otro muchacho es Charles, quien se escapó de casa el maltrato de su padre, actualmente terminó el curso de soldadura mecánica y trabaja en un taller de mecánica.
En el centro de Clairvaux, los Salesianos garantizan a todos los internos las necesidades como la comida (cada día se preparan y se sirven 1 000 comidas), la ropa, la atención médica, la organización de las actividades de formación escolar y extracurricular.
En Clairvaux Heritiana, Charles, Haja y muchos otros de sus compañeros dejaron el dramático pasado de la calle, de la violencia familiar, de la falta de un hogar; y encontraron amigos, educadores y maestros que se hicieron cargo de ellos y han puesto en sus manos una llave de acceso a un futuro lleno de esperanza.
Para obtener mayor información visite: “Missioni Don Bosco”