La comunidad salesiana en Vaulx-en-Velin está ubicado en una zona donde hace tres años no existía ninguna iglesia, porque la Iglesia antigua, una capilla, fue destruida para la construcción del nuevo edificio y ya no hubo más actividades de culto.
Es en este lugar donde dos familias y un diácono permanente han tratado con valor de rehacer el grupo de monaguillos. Un año después, los servidores del altar, los pequeños se han convertido en treinta, y en la reunión mensual se reúnen unos cuarenta. A medida que se realizan las actividades para los niños, una docena de madres se reúnen para orar juntas, mientras que los padres animan actividades deportivas para los adolescentes.
A partir de esta pequeña semilla surgen algunos frutos: 11 niños se preparan para ser bautizados, dos familias han encontrado de nuevo la fe, algunos inmigrantes iraquíes se están integrando en las actividades ... Y todo esto en Vaulx-en-Velin, la ciudad de la que en 1995 se iniciaron los disturbios urbanos.
Los padres agradecen al grupo porque "es un espacio donde los niños se pueden encontrar en libertad y en alegría, en un entorno donde vivir la fe", en una realidad en la que el 45% de sus amigos de las escuelas públicas - no existen escuelas privadas en Vaulx-en-Velin - son musulmanes, y terminan, involuntariamente afectando el desarrollo espiritual.
La comunidad salesiana se mantiene activa, organiza las peregrinaciones al Santuario Mariano de Fourvière y las procesiones; anima los servicios litúrgicos, ofrece un pensamiento de "buenos días", concluye todas las actividades con la bendición del Santísimo... Y muchos muchachos se preguntan si podrían animar a los más pequeños. "Existen todos los ingredientes espirituales del Oratorio de Valdocco... Pero, al estilo del siglo XXI, junto con los Salesianos y animadores están los padres de familia", narró el joven salesiano Emmanuel Petit.
"Todo esto ocurrió casi sin haber deseado, ni siquiera buscado, ni dispuesto ... Al inicio de cada celebración Eucarística, fieles a Don Bosco, oramos juntos a María. Creemos profundamente que aquella Ave María semanal es el origen de todo esto”, concluyó el salesiano.