El Patio Don Bosco es una de las iniciativas más destacadas de la Fundación, que trabaja incansablemente para prevenir y transformar realidades difíciles. Este oratorio moderno se enmarca en un compromiso integral que incluye programas para niños en situación de calle, intervención familiar para hijos de padres privados de libertad, prevención del consumo de drogas, y acompañamiento a NNA en riesgo de caer en la delincuencia o en las redes del narcotráfico. Todo esto bajo el propósito de que los NNA descubran que son profundamente amados por Dios y tienen un propósito en la vida.
Este espacio ha sido recientemente renovado, incorporando instalaciones de alta calidad que incluyen salas multiuso, comedor, biblioteca, sala de estudios, cancha, patio techado y un espacio de oración. Este entorno seguro y acogedor, abierto diariamente, se ha diseñado para que los niños y adolescentes encuentren no solo actividades recreativas, sino también un lugar donde fortalecer sus valores, autoestima y sueños.
La prevención: un camino hacia la esperanza
Más que un espacio recreativo, el Patio es una herramienta de transformación social. Frente a las problemáticas de deserción escolar, consumo de sustancias y falta de espacios seguros, este proyecto fortalece la línea preventiva de la Fundación Don Bosco, ofreciendo oportunidades que alejan a los NNA de situaciones de riesgo.
El modelo educativo está basado en el Sistema Preventivo de Don Bosco, y se desarrolla en tres etapas pedagógicas:
- Pedagogía de la Confianza: Construye vínculos sólidos con los NNA y sus familias, creando un ambiente de acogida y reconocimiento.
- Pedagogía de la Esperanza: Impulsa la transformación personal y social a través de talleres y actividades grupales.
- Pedagogía de la Alianza: Asegura la sostenibilidad de los logros alcanzados, integrando a las familias y la comunidad en el proceso educativo.
Durante 2024, 2.442 personas fueron parte de sus iniciativas, consolidando su compromiso de estar presente en los territorios donde más se necesita.
El enfoque preventivo de la Fundación se despliega en tres pilares:
- Intervención Temprana: Detectar y actuar antes de que la exclusión social atrape a los jóvenes.
- Fortalecimiento Comunitario: Trabajar junto a familias, escuelas y organizaciones locales para construir redes de apoyo sólidas.
- Autonomía y Reinserción Social: Preparar a los jóvenes para integrarse plenamente a la sociedad mediante educación, capacitación y proyectos de vida.
Gracias a este enfoque, en 2024 más del 63% de los niños y jóvenes atendidos se mantienen en procesos de integración social y prevención. Además, 366 lograron completar exitosamente su proceso, ya sea a través de la reinserción educativa, la capacitación laboral o el fortalecimiento de sus redes familiares.
El trabajo de prevención y promoción requiere estar presente en los territorios donde la vulnerabilidad se expresa con mayor crudeza. Por eso, la Fundación Don Bosco ha impulsado el desarrollo de Patio, una estrategia de inserción en barrios críticos, entendidos como aquellos sectores donde la pobreza estructural, la delincuencia y el narcotráfico han creado entornos de riesgo extremo para la infancia y la juventud.
Patio no es un programa tradicional, sino una metodología de intervención territorial que busca generar presencia activa en estos espacios, estableciendo relaciones de confianza con niños y jóvenes expuestos a la violencia y la marginalidad. A través del trabajo directo en los barrios, los equipos de la Fundación pueden detectar tempranamente situaciones de riesgo y comenzar un acompañamiento antes de que la exclusión se haga irreversible.
El propósito de Patio es ofrecer alternativas antes de que la calle, la delincuencia o las drogas se conviertan en la única opción. Su labor se enfoca en:
- Generar espacios de referencia en los barrios donde los niños y jóvenes puedan encontrar orientación y contención.
- Construir redes de apoyo comunitario, trabajando con familias, escuelas y organizaciones locales.
- Fortalecer la autonomía de los jóvenes, promoviendo su educación y formación para el trabajo.
En estos espacios, no se asiste, sino que se promueve. No se trata de entregar ayuda puntual, sino de acompañar en un proceso de transformación, fortaleciendo las capacidades y las oportunidades de cada persona para que pueda desarrollar un futuro autónomo.
En este Oratorio se hace realidad, el sueño de Don Bosco de formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos” se hace realidad cada día. Este espacio es testimonio de cómo la prevención, el compromiso y la fe pueden transformar vidas, sembrando esperanza y construyendo un mundo más justo y solidario.