Cada mes, las puertas del posnoviciado se abren de par en par para recibir a los miembros de este valioso grupo. En un ambiente de calidez y acogida, se reúnen para compartir vivencias, elevar plegarias y recibir una formación integral que abarca desde el catecismo hasta el acompañamiento psicológico. Un dedicado equipo de psicólogos se une a este esfuerzo, brindando apoyo y guía a aquellos que más lo necesitan, ayudándoles a encontrar luz en sus momentos más oscuros.
Además, en un gesto de generosidad tangible, los participantes reciben una funda de víveres, un auxilio esencial que alivia sus necesidades inmediatas y les recuerda que no están solos en sus luchas. Esta ayuda concreta simboliza el compromiso de la comunidad con aquellos que atraviesan situaciones difíciles, proporcionando no solo sustento físico, sino también fortaleza emocional y espiritual.
Los viernes son especialmente significativos, pues los miembros del grupo «Mano Solidaria» llevan a cabo visitas a los hogares de cada participante. Durante estas visitas, se forjan lazos de amistad y se refuerza el sentido de comunidad, animando a cada persona a continuar adelante con renovada esperanza. Estos encuentros son un reflejo del verdadero amor al prójimo, donde cada gesto y palabra se convierte en un puente hacia una vida mejor.
Esta obra, que florece en el corazón de la parroquia y la comunidad, es un vivo ejemplo del amor y la misericordia de Dios manifestados en el mundo. A través de acciones concretas y corazones dispuestos, «Mano Solidaria» extiende el abrazo de Cristo a aquellos que más lo necesitan, recordándonos que, en cada acto de bondad, el amor divino se hace presente y transforma vidas.
Así, el grupo «Mano Solidaria» no solo ayuda a aliviar las carencias materiales, sino que también siembra esperanza y fe, reafirmando que la misericordia de Dios es infinita y siempre está al alcance de quienes deciden vivirla y compartirla con los demás. Esta iniciativa es, sin duda, una bendición que ilumina la parroquia y la comunidad, mostrando que, juntos, podemos construir un mundo más justo y compasivo
Fuente: Salesianos Ecuador