Las entidades y presencias salesianas en todo el mundo ofrecen muestras de su constante compromiso por mejorar las condiciones de los más jóvenes. Una misión, sostenida en el tiempo, cuya implicación se hace realidad con la labor de miles de educadores que apuestan a diario por la defensa de los derechos de niños y jóvenes desde los distintos ambientes salesianos.
Sin embargo, las guerras, las desigualdades y los efectos de la crisis climática han sido tres grandes enemigos para el desarrollo de los niños y niñas en 2024. “La defensa de los derechos, la protección, la educación y la promoción de los niños y niñas es nuestra fórmula para dar respuesta a la vulnerabilidad de los menores”, explica Luis Manuel Moral, director de Misiones Salesianas. “Escuelas, centros de acogida, centros de formación profesional, centros juveniles, guarderías… son nuestras herramientas para defender los derechos de la infancia, pero también necesitan cariño para devolverles su autoestima y dignidad, para que vuelvan a reír, a jugar, a soñar… para transformar su futuro” añade.
Ibrahim, un niño que salió de las calles de Togo y hoy quiere ser mecánico; Lim, que ha tenido una segunda oportunidad en el Centro Magone de Filipinas tras estar en prisión por vender drogas; Oleh tuvo que dejar su casa y vive refugiado en el asentamiento que gestionan los misioneros salesianos en Lviv… y como ellos, millones de menores de Palestina, de Siria, de Líbano y de otros lugares en el mundo donde las metralletas y las explosiones son el día a día y amenazan su bienestar y su vida. Son ejemplos de niños y niñas cuyos derechos se ven vulnerados a diario en el mundo.
Los Salesianos de todo el mundo apostan por la educación y la protección de los menores. Y sólo Misiones Salesianas en el último año ha apoyado a más de 87 mil niños y niñas de todo el mundo, a través de ciento cuarenta y cinco proyectos de educación y protección en muchas naciones diferentes, con una inversión que supera los cuatro millones de euros.