La visita comenzó con una solemne ceremonia de bienvenida, en la que toda la comunidad se reunió en la entrada de la obra para recibirlo con un homenaje musical a cargo de la banda del instituto y mediante cantos. A continuación, se llevó a cabo una conferencia de apertura oficial en la que el padre Gildasio Mendes expresó su gratitud al director y a la comunidad por la cálida acogida; también destacó el significado de la visita extraordinaria en la vida de la Familia Salesiana de una inspectoría.
En los tres días siguientes, el Consejero General para la Comunicación Social se reunió individualmente con sus hermanos salesianos, y luego con los miembros del personal de la “Mamma Margaret Home” (MMH) y con el equipo activo en la casa de formación.
El martes 12 de noviembre celebró la eucaristía para la comunidad, rezando por los misioneros salesianos de todo el mundo. El padre Gildasio Mendes también visitó el Centro Juvenil y, el 14 de noviembre, inauguró un campo de voleibol iluminado. Los jóvenes quedaron entusiasmados por su presencia dinámica, participando activamente en el partido inaugural de voleibol entre los salesianos y un club de voleibol vecino.
Al día siguiente, el Consejero General visitó la parroquia del Sagrado Corazón en Keezhmadu, donde se encontró con los feligreses. En su mensaje a los fieles, subrayó la importancia de trabajar juntos como comunidad católica por el bien común, en particular en beneficio de los jóvenes.
La visita extraordinaria concluyó el sábado 16 de noviembre de 2024 con una solemne eucaristía por la tarde, seguida de una conferencia de clausura en la noche. En esta ocasión, el padre Gildasio Mendes compartió un resumen de sus observaciones al término de la visita extraordinaria. Como muestra de gratitud, la comunidad organizó un especial círculo comunitario, con actuaciones de la banda, el coro y música instrumental, acompañado de un discurso oficial de agradecimiento. La celebración finalizó con un momento de ágape fraterno en el comedor de la MMH.
La visita extraordinaria fue un momento de gracia y renovación para la comunidad. Las interacciones y reflexiones del padre Gildasio Mendes fueron consideradas profundamente inspiradoras, logrando reavivar el celo de la comunidad para continuar la misión en favor de los jóvenes.
