Era urgente mejorar la estructura de los dos campanarios y, sobre todo, renovar casi por completo las estatuas de la Virgen María y de los dos ángeles, ya que la corrosión causada por los gases de escape y las inclemencias del tiempo había dañado gravemente algunas de las estatuas.
Los expertos están trabajando ahora para devolver a estas estatuas su antiguo esplendor, de modo que puedan nuevamente dar la bienvenida a los visitantes desde los tejados de Turín.
Actualmente, en el patio de Valdocco, es posible observar a los restauradores trabajando mientras reparan las estatuas, notar las manchas visibles de óxido y ver cómo se crean nuevas superficies hermosas y relucientes.
Este trabajo, de gran inversión, ha sido posible en parte gracias a las generosas donaciones de particulares y de una fundación turinesa. Aún no se ha recaudado suficiente dinero para cubrir todos los costos, pero hasta ahora la Divina Providencia siempre ha contribuido a mantener la Basílica como un lugar de oración y encuentro.
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