La población está compuesta principalmente por seguidores del islam, el hinduismo y el cristianismo. Los católicos constituyen el 26% de la población total. Hay cuarenta y ocho parroquias, en una diócesis y un vicariato apostólico. Los salesianos de Madagascar llegaron al país en el año dos mil uno por invitación del entonces obispo de Port Louis, el cardenal Maurice Piat, para atender a los jóvenes en dificultad. A su llegada, a los primeros salesianos se les confió una parroquia, algunos pequeños centros de formación de la diócesis en varias zonas de la capital y la Pastoral Juvenil diocesana.
Los principales desafíos de los jóvenes del país son la fragilidad familiar, que hace que muchos pierdan los lazos con sus familias; la baja calidad educativa, por la cual muchos completan el programa escolar, pero permanecen analfabetos; y el abuso de drogas. Con la ayuda de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el año pasado comenzó la construcción de nuevos edificios escolares y talleres en un único campus, y la primera fase de la construcción debería inaugurarse el próximo mes de diciembre. Esto permitirá a los salesianos responder mejor al desafío de los jóvenes que necesitan una formación técnica para tener un futuro mejor.
Además, una parte del plan de desarrollo está específicamente dirigida a crear un internado para jóvenes en dificultad. Durante su visita, el padre Maravilla felicitó a los salesianos por esta iniciativa, ya que “se trata de un buen desarrollo que completaría la ‘fisonomía salesiana’ de nuestra presencia, orientada a ayudar a los jóvenes en dificultad y en los márgenes de la sociedad”.
“El año próximo conmemoraremos no solo el ciento cincuenta aniversario de la primera Expedición Misionera, sino también el veinticinco aniversario de la presencia salesiana en Mauricio. Sería una celebración aún más significativa si pudiéramos iniciar otra presencia en la isla. (…) Una segunda presencia favorecería la estabilidad, ya que permitiría trasladar a los salesianos de una presencia a otra sin dejar Mauricio”, subrayó el Consejero General.
Durante su visita, además de diversos momentos de convivencia con la comunidad, el padre Maravilla dio los “buenos días” a los estudiantes, concelebró en las iglesias atendidas por los salesianos, se reunió con los profesores, el cardenal Piat y el nuevo obispo de Port Louis, monseñor Jean Michaël Durhône.
“He visto grandes oportunidades de desarrollo de nuestra presencia para enraizar mejor el carisma de Don Bosco en el Océano Índico – subrayó el padre Maravilla –. Es importante no perder la audacia misionera de nuestro fundador, que hizo de su sueño de una Congregación mundial una realidad vibrante”.
El 6 de noviembre, acompañado por el director de la comunidad, padre Maurizio Rossi, el padre Maravilla fue a Cap Malheureux para visitar la capilla dedicada a María Auxiliadora. “Para mí fue un peregrinaje personal, porque allí, en íntima oración silenciosa, encomendé a María Auxiliadora nuestro trabajo en Mauricio y nuestros sueños para el Océano Índico”, concluyó el Consejero General para las Misiones.