El encuentro se centró en cómo la Inspectoría puede crear un ambiente más acogedor, estructurado y de apoyo para los misioneros salesianos, especialmente cuando se están adaptando a una nueva cultura y a nuevas responsabilidades. Un tema recurrente fue el sentido de aislamiento inicial experimentado por muchos misioneros: algunos de los misioneros llegados a SUO compartieron sus luchas internas al sentirse desconectados de la cultura juvenil y al enfrentarse a la complejidad de algunas tareas esenciales, como la obtención de documentos necesarios, tales como la licencia de conducir. Otros recordaron que al llegar se sintieron abandonados y solos debido a la falta de preparación de la Inspectoría para acoger a los salesianos provenientes de contextos internacionales.
En general, sus testimonios destacaron los desafíos emocionales y logísticos que todos los misioneros deben enfrentar cuando se adaptan a la vida en un nuevo país.
Para abordar estos desafíos urgentes, la Inspectoría SUO está tomando medidas concretas para mejorar la experiencia de los nuevos misioneros. El Delegado Inspectorial para la Animación Misionera ha propuesto la creación de un manual de bienvenida completo, que incluya una lista detallada para ayudar a los recién llegados a enfrentar tareas esenciales (como la obtención de documentos y certificados fundamentales, la comprensión de sus responsabilidades o la búsqueda de su rol dentro de la Inspectoría). Este manual proporcionará claridad y apoyo en los primeros meses críticos, asegurando que los misioneros se sientan arraigados en su misión desde el primer día.
El acompañamiento de los misioneros se reforzará también a través de encuentros comunitarios regulares. Estos encuentros no deben ser solo eventos sociales, sino oportunidades para profundizar los lazos de fraternidad, asegurando que los misioneros estén plenamente integrados en la familia y misión salesiana. En esta perspectiva, estos encuentros ofrecerán una oportunidad formal para presentar a los nuevos misioneros y hacer que se sientan más vinculados a la amplia Familia Salesiana.
Durante el encuentro también se examinó el pasaje evangélico del encuentro de Jesús con la Samaritana en el pozo (Jn. 4). Como dinámica propia de esta fase, los misioneros crearon un pozo de arcilla, simbolizando los encuentros profundos y vivificantes que todos en la Inspectoría están invitados a cuidar para facilitar el trabajo misionero. Este ejercicio creativo subrayó la importancia de nutrir las necesidades espirituales y emocionales, tanto de los misioneros como de las comunidades en las que ellos operan.
“Por su naturaleza, el carisma salesiano invita a crear un ambiente familiar en el que todos se sientan en casa – afirmó en conclusión Montenegro –. A través de estas nuevas iniciativas, que ofrecen orientación práctica, apoyo emocional e inserción en la comunidad, la Inspectoría SUO avanza en el fortalecimiento de su capacidad para acoger y acompañar a cada misionero. Gracias al aporte de todos, estamos construyendo un ambiente en el que todos los que prestan servicio se sientan plenamente en casa, con la posibilidad de llevar a cabo su misión con alegría y un sentido de participación en la misión salesiana. Continuemos trabajando codo a codo, asegurándonos de que cada misionero que llegue a nuestra Inspectoría sienta desde el principio el abrazo de la Familia Salesiana”.
Está programado próximamente otro encuentro en San Francisco para reunirse con otros misioneros que viven en la parte norte de la Inspectoría.