Una importante ocasión de reflexión y de compartir que marcó el inicio del nuevo año pastoral 2024-25, inspirado en la Propuesta del MJS “Esperados por su amor. Gozosos en la Esperanza” y en los inminentes eventos del Jubileo y los ciento cincuenta años desde la primera misión salesiana.
El congreso fue inaugurado con los saludos iniciales del Delegado de Pastoral Juvenil, el Padre Giuseppe Russo, y del Inspector IME, el Padre Gianpaolo Roma, quienes introdujeron la primera intervención del Padre Andrea Lonardo, de la diócesis de Roma.
«La esperanza o es grande o no sirve»: con estas palabras directas, el Padre Lonardo inició su introducción teológico-catequética al tema de la esperanza cristiana, exhortando a los participantes a reconocer, cultivar y hacer reconocer tanto la "pequeña esperanza" como la "gran esperanza". Subrayó cómo la verdadera esperanza es aquella que "toca a todos y dura para siempre", una invitación a testimoniar lo que es verdadero y bueno en un mundo a menudo marcado por la desconfianza.
En el segundo día, el Padre Enrico Ponte, SDB y Maestro de los Novicios, abordó un tema crucial y actual: "Generación Z, esperanza y vocación". Su reflexión destacó cómo la esperanza consiste en saber ver la presencia de Jesús en el joven que tenemos enfrente, reconociendo en su herida la promesa de un futuro mejor. Donde los jóvenes dicen sentirse más «fríos por dentro», es el lugar donde pueden encontrarse y encontrarse con Dios.
Además de las intervenciones orales, el congreso ofreció momentos de participación activa. La segunda fase del evento, de hecho, se enriqueció con los testimonios de tres Comunidades Educativo-Pastorales (CEP), que compartieron sus buenas prácticas en el acompañamiento vocacional de los jóvenes, en la educación, en la formación de los salesianos cooperadores y en el camino hacia la vida consagrada.
La última mañana, finalmente, se dedicó a la Programación inspectorial para el nuevo año: visión, acciones e indicadores de medición fueron presentados por los encargados de cada ambiente y sector de animación.
En la intervención conclusiva, el Inspector, Padre Gianpaolo Roma, compartió con sus hermanos y los laicos su discurso final, invitando a toda la comunidad inspectorial a vivir un nuevo comienzo con esperanza y compromiso, recordando que la esperanza cristiana no es un simple deseo, sino una certeza arraigada en la fidelidad de Dios. Finalmente, destacó la urgencia de renovar las comunidades a través de decisiones valientes, como la resignificación de la misión, llamando a todos a construir juntos un futuro más luminoso, abiertos al cambio y al crecimiento espiritual.