Un lunes largo y envolvente, que comenzó en pleno centro histórico, desde la Catedral de San José, de donde los trescientos niños inscritos en la segunda edición de las “Olimpiadas Oratorianas”, acompañados por ciento cincuenta jóvenes animadores, recibieron las camisetas para participar en las Olimpiadas y para dar color al recorrido diseñado para la Marcha de la Paz. Cada color fue elegido para representar un continente: los “Azules” representaron Oceanía, los “Amarillos” Asia, los “Verdes” Europa, los “Rojos” América y los animadores, con camisetas blancas, fueron asignados a África.
La tarde comenzó con las palabras de Nicola Della Gatta, Asesor de Cultura y Turismo, quien saludó a los jóvenes pidiéndoles que “recen para que todas las guerras cesen”. En los últimos años, las comunidades de este territorio han acogido a más de quinientos ucranianos. Hemos hecho mucho, pero aún se puede hacer más. Esta maravillosa marcha es el signo de que ustedes, los jóvenes, pueden desempeñar un papel fundamental y, de esta manera, estar simbólicamente al lado de tantos jóvenes que sufren en otras guerras en el mundo.
A su lado, el Padre Luca Corazzari recordó el motivo de la marcha: «La paz es un camino, no se obtiene con un chasquido de dedos, para alcanzarla hay que esforzarse. San Pablo decía que Cristo es nuestra paz, viene del cielo, pero necesita que alguien en la tierra la recoja abriendo las manos. La paz comienza en las casas de cada uno de nosotros». Tras el momento de oración, se encendió la antorcha olímpica en presencia del alcalde Francesco Menna y de la vicealcaldesa Licia Fioravante. Los muchos jóvenes, con sus camisetas coloridas, crearon una especie de arco iris humano que, partiendo de la Catedral de San José, recorrió las calles del centro hasta llegar al Oratorio Salesiano.
A recibir a los cuatrocientos cincuenta jóvenes presentes estuvieron el Director de la Obra Salesiana, el Padre Álvaro Forcellini, el encargado del Oratorio, el Padre Massimiliano Dragani, el alcalde Francesco Menna y el presentador de la tarde, Fabio Falcone, una figura indisolublemente ligada al Oratorio a través de la música y el deporte. Una tarde organizada también para la inauguración y bendición, a cargo del Padre Nicola Florio (director de la Oficina de Pastoral Juvenil de la Diócesis Chieti-Vasto), de los nuevos campos de juego, que en las semanas anteriores habían sido sometidos a una importante renovación. La antorcha olímpica fue encendida por el profesor y entrenador Marco La Verghetta (miembro del equipo técnico de la selección paralímpica italiana de tiro) y por Pasquale Granata, el primer salesiano en haber introducido el baloncesto en el Oratorio y en la ciudad en 1971.
“Como muchos de los que están aquí hoy –dijo el alcalde Menna– yo también crecí en estos campos (…). Años y personas que nos formaron como las personas del mañana, muchos son los recuerdos que me unen a este oratorio que, en todos los que lo han frecuentado, han construido un escudo invisible hecho de honestidad, amistad, fraternidad, oración y mucho más, y que llevarán con ustedes toda la vida. Ustedes son los hombres del futuro, trabajen para hacerse querer, como decía Don Bosco”.
“El mundo en que vivimos –dijo el Padre Florio– está confundido y está perdiendo muchos puntos de referencia, pero las muchas personas que están aquí son una espléndida noticia para el futuro. ¡Jóvenes, adultos y abuelos, estar juntos es hermoso! Este oratorio es una institución para todo el territorio”.
La presencia de Pasquale Granata impulsó a muchos a participar en la inauguración de los campos: “En estos campos siempre tuve una pelota a mi lado, estuve aquí por dieciocho años, formando a veintidós generaciones. En aquel entonces existía la PGS, y a ese acrónimo, desde entonces hasta hoy, siempre me ha gustado darle muchos otros significados. Hemos escrito muchas frases en estos muros; aún podemos leer ‘Un deporte para la paz’, escrita en 1990, y cada vez que regreso aquí, es una emoción, estaré siempre vinculado a este lugar”.
Fabio Falcone, moderador excepcional, elogió a Granata y luego, dirigiéndose al Padre Dragani, continuó: “El proceso para la inauguración de los nuevos campos fue largo, pero ver la obra terminada y la gran cantidad de gente que ha venido hoy me llena de alegría. Muchos nos han ayudado; agradezco al alcalde, al Padre Nicola y sobre todo a Pasquale Granata. Un inmenso agradecimiento también a los muchos benefactores que hicieron posible la modernización del oratorio”.
Con las “Olimpiadas Oratorianas” y el imprescindible “Trisport”, el Oratorio vivirá ahora un inicio de septiembre lleno de fiesta, compromiso, espiritualidad y una inmensa alegría contagiosa.
