El Padre Elio Cesari escribió un breve informe con enlaces pastorales y referencias al mundo salesiano. A continuación, se presenta el texto completo, publicado en el sitio de los Salesianos de Piamonte y Valle de Aosta.
La 50ª edición de las Semanas Sociales de los Católicos Italianos se llevó a cabo en Trieste y el lugar no fue elegido “por casualidad”, porque se trata de una ciudad que ha vivido y sigue viviendo el tema del entrelazamiento de fronteras desde múltiples puntos de vista: culturales, geográficos, lingüísticos… Del 3 al 7 de julio de 2024 se reunieron alrededor de mil quinientos delegados, además de muchos otros participantes que animaron los stands en toda la ciudad de Trieste, para presentar las buenas prácticas y las diferentes realidades que en este momento están interesadas e involucradas con un papel importante en la dinámica política y social italiana. Participaron algunas personalidades ilustres: el Presidente de la República Sergio Mattarella, el Cardenal y Presidente de la CEI Matteo Zuppi y, finalmente, y no menos importante, el Santo Padre: todo esto señaló la importancia de estos días, que se caracterizaron por encuentros y una reflexión profunda compartir de diversas experiencias. Si pudiera resumir en unos pocos puntos lo que me parece más importante de estos días, subrayaría los siguientes:
- El corazón de la democracia (tema de esta edición) no es un método, sino la participación libre de las personas de buena voluntad y su pasión por querer buscar con todo el corazón y con todas las fuerzas el Bien común, es decir, un bien que sea tal para todos, sin excluir a nadie. Aprovechando las palabras de Monseñor Renna (Presidente del Comité Organizador y Científico), el objetivo es “llevar a casa esta experiencia con la convicción de que los católicos, en los diversos ámbitos, sienten la importancia de repensar la dimensión comunitaria, participando en la vida social y democrática, en Italia y en Europa”. Una conclusión que no cierra, sino que, al contrario, nutre la promesa de nuevas oportunidades por explorar para construir un futuro democrático, participativo y para todos. Juntos.
- Se percibió el gran trabajo de preparación del Comité Científico y Organizador, que ha aprovechado la historia de estos eventos y ha corregido el rumbo proponiendo inteligentes correcciones. ¡Nada ocurre por casualidad! Cabe destacar la presencia de la Hermana Angela Elicio HMA entre los miembros del Comité y la valorización de la presencia de la Familia Salesiana, también con los Exalumnos y los Salesianos Cooperadores.
- Hubo un gran espacio para la compartición a través del método sinodal, que permitió que emergiera la palabra de cada uno. Solo así se construye juntos un camino que tuvo como línea común el hecho de que no se puede desentenderse de lo social y político, sino que hay que interesarse e intervenir en todos aquellos espacios en los que la voz de la Iglesia aún puede expresarse de manera efectiva. Nada que sea importante para el hombre puede no ser importante para la Iglesia.
- Hubo muchas ocasiones en las que se involucró a la ciudad de Trieste de una forma inédita en ediciones pasadas: hubo stands y encuentros en toda la ciudad. No se trató de una elección organizativa, sino de una verdadera línea y directriz proyectual: la intersección entre los espacios del hombre y los eclesiales debe tener cada vez más entrelazamientos e intersecciones.
- Participaron muchos jóvenes y todo esto me dio mucha esperanza para el futuro. En particular, me impresionó su deseo de ser protagonistas, de participar, de expresar su opinión y de ser activos y propositivos para construir un Bien que beneficie a toda nuestra sociedad. Esta realidad interpela a nuestra Pastoral Juvenil, que a menudo ha evitado tratar algunos temas considerándolos poco apreciables (¿o, quizás, incómodos?) para su misión con y entre los Jóvenes.
- De los debates y contribuciones de estos días, me ha parecido que en cuanto al pensamiento y la acción social y política, el proprium de la Iglesia será aportar una contribución que vaya más allá de las alineaciones de derecha e izquierda, recuperando el valor y el sentido de la “levadura”, principio activo y apoyo en la base del compromiso y el posterior y eventual posicionamiento político.
Creo que esta 50ª edición de las Semanas Sociales puede marcar un verdadero paso porque el mundo católico no solo no se sienta extraño, sino que incluso se convierta en “sujeto activo” en el debate y la acción social y política, aportando una contribución inédita en un momento en que todos sentimos una gran necesidad de ello.