Más de mil millones de menores en el mundo tendrán la oportunidad de empezar un nuevo curso escolar en los próximos días, pero otros 240 millones tampoco irán este año a la escuela. Algunos de estos niños y niñas están escolarizados, pero no asistirán a clase, o los profesores no tendrán la formación adecuada; otros dejarán de ir a la escuela demasiado pronto porque tienen que trabajar para ayudar a la economía familiar de subsistencia; y a otros les dará vergüenza aprender rodeados de niños y niñas más pequeños que ellos.
Asha, que significa esperanza, es una niña hindú a la que su familia quiso casar cuando tenía 12 años para salir de la pobreza. Cada año 12 millones de niñas en el mundo son obligadas a casarse con adultos y dejan de estudiar. Suzan, por su parte, tiene 16 años y vive en un suburbio de Freetown, la capital de Sierra Leona. “Me quedé huérfana durante el ébola y sobrevivo en la calle con otras cinco chicas”. Paga una habitación en la que duermen todas juntas. Se intercambian ropa y comparten la poca comida que consiguen. Ejerce la prostitución para poder comer y son sometidas a todo tipo de abusos…
Son sólo dos ejemplos de los derechos vulnerados de la infancia y que impiden a millones de menores acudir a la escuela. Pero hay más: la esclavitud infantil, el reclutamiento forzoso, el trabajo infantil… La respuesta de los misioneros salesianos a los derechos vulnerados de la infancia es ofrecer una educación integral y de calidad para convertir a los menores en agentes de transformación y de cambio, en personas libres con capacidad crítica para que se conviertan en la generación que puedan acabar con las desigualdades y las injusticias construyendo un mundo mejor, más justo, solidario y sostenible.
El documental ‘Canillitas’ aborda la lacra del trabajo infantil y el éxito de la pedagogía salesiana
Uno de cada 10 menores en el mundo está involucrado en el trabajo infantil. En total, más de 160 millones de niños y niñas en el mundo trabajan y se ven privados de la oportunidad de ir a la escuela. “Muchos menores intentan compaginar la escuela y el trabajo para ayudar a sus familias pobres, sin ser conscientes de que sus derechos son vulnerados”, explica una trabajadora social salesiana en Perú.
Edwin, Cristóbal, Moisés, Aquiles, Kioranny y Abril son seis adolescentes que viven en Santo Domingo (República Dominicana). Provienen de ambientes desestructurados y viven en barrios muy pobres y peligrosos.
Trabajan de limpiabotas, vendiendo fruta, limpiando casas, coches… “Desde pequeños les inculcaron que trabajar no era malo porque forjaba el carácter, ayudaban a la economía familiar, los hacía responsables y así no se convertían en ladrones”, explica Karen Montás, directora del programa Canillitas con Don Bosco. “Nuestro trabajo -continúa- es cautivarlos primero con el ocio y el deporte y después ir restando tiempo al trabajo para ganárselo a la escuela”.
Para concienciar sobre la lacra del trabajo infantil en el mundo y la necesidad de ofrecer una educación de calidad a los menores, en Misiones Salesianas ponemos en marcha la campaña Soñar sin cadenas, para que no haya limitaciones al sueño de los menores de ir a la escuela. Una de las herramientas de esta campaña será el estreno, el 21 de septiembre, del documental Canillitas, que aborda los problemas diarios y los sueños de los menores trabajadores que lo protagonizan. Rodado en República Dominicana y dirigido por Raúl de la Fuente (tres Premios Goya), el documental también viajará por cinco ciudades europeas y 12 ciudades españolas junto a tres de sus protagonistas, que ofrecerán su testimonio y cómo gracias a la educación es posible erradicar el trabajo infantil.
Fuente: Misiones Salesianas