La ocasión atrajo a numerosos Directores de las presencias salesianas de Roma, a salesianos de las diversas presencias de la Inspectoría de la Circunscripción de Italia Central (ICC) -de la que el P. Marcoccio fue Vicario antes de asumir su nuevo cargo-, a los misioneros que se forman para la 154ª Expedición Misionera Salesiana, así como a amigos, empleados y simpatizantes de la obra del Sagrado Corazón y de la Sede Central Salesiana.

El rito de la toma de posesión tuvo lugar durante la liturgia comunitaria de Vísperas, dirigida por el Vicario del Rector Mayor, P. Stefano Martoglio. En su discurso, el P. Martoglio subrayó el valor y el papel de la obra del Sagrado Corazón a los ojos del mismo Don Bosco, que pasó allí gran parte de su vida y de su salud para su edificación; también destacó el renovado compromiso de la comunidad para hacer de la obra un centro de encuentro y crecimiento para muchos jóvenes, del barrio y fuera de él. Hoy, remarcó, el Sagrado Corazón es como un pulmón que da oxígeno a toda la Congregación. "Y aquí, ahora, estarás tú, Don Francesco, para continuar los sueños de Don Bosco", concluyó el Vicario del Rector Mayor.

A continuación siguieron los actos rituales: Don Marcoccio hizo la promesa y firmó el acta de toma de posesión, mientras que el párroco del Sagrado Corazón, Don Javier Ortiz, agradeció el servicio del anterior Director, dio la bienvenida al nuevo y le entregó simbólicamente la llave de la comunidad.

Finalmente, el recién nombrado también Rector del Santuario ofreció a todos los presentes su pensamiento de "buenas noches salesianas". Confesó que ya había solicitado su salida como misionero y había recibido su destino, en Argentina, cuando el Rector Mayor le confirió este nuevo encargo. "No dudé en decir que sí, porque vi que, en esta petición suya, mi deseo de misión ad gentes estaba realizándose de otra forma aquí en la comunidad del Sagrado Corazón", explicó.

Destacó las dos almas de la comunidad y su misión como guía: la global, relativa a la comunidad SCS -la casa del Rector Mayor- y la local, inherente a la obra del Sagrado Corazón, con el Santuario, la Parroquia y las actividades juveniles. "Tenemos, por tanto, una hermosa misión", señaló, "la de reunir y armonizar los niveles global y local, la animación y el gobierno de la Congregación dirigida por el Rector Mayor, y el servicio a los jóvenes y a los pobres de este territorio".

El P. Marcoccio, que ya había pasado 11 años en la Casa del Sagrado Corazón -tres como Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspectoría Romana (IRO), seis como Delegado de Pastoral Juvenil de la ICC y dos como Vicario de la ICC- se ha convertido en un entusiasta propagador de la presencia de Don Bosco en Roma, un enamorado de la riqueza carismática presente en la Sede Central Salesiana. Y como profetizó León XIII a Don Bosco, también espera para sí mismo que la obra del Sagrado Corazón sea su "pasaporte al Paraíso".

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