El cuidado del huerto está a cargo del Padre Tass y de un grupo de alumnos del centro. "La existencia de este huerto -explica uno de los salesianos que se ocupa de su mantenimiento- está profundamente arraigada en el plan de sostenibilidad del centro, ya que sirve de ejemplo vivo de prácticas respetuosas con el medio ambiente y promueve entre los alumnos una sincera apreciación de la naturaleza y la responsabilidad ecológica".
El centro salesiano de Balamban se puso en marcha en 1998 con un curso inicial de soldadura industrial; desde entonces se ha ampliado para ofrecer a los alumnos cualificaciones adicionales de soldadura más específicas, que aumentan y mejoran sus oportunidades de empleo. Hoy es uno de los dieciocho centros salesianos de formación técnica y profesional de Filipinas.
"De norte a sur de Filipinas, los Salesianos ofrecen diversos programas educativos y de desarrollo social para jóvenes en riesgo y marginados", explica el Padre Timothy Ploch, Director Interino de Salesian Missions con sede en New Rochelle, EE.UU. "El objetivo es ofrecerles las oportunidades que necesitan para obtener una educación y una formación profesional que les permita romper el círculo de la pobreza y ayudarlos a encontrar un empleo digno y con perspectivas".
Según datos de UNICEF, más de una cuarta parte de la población de Filipinas vive en la pobreza. La pobreza es más grave y está más extendida en las zonas rurales, donde vive el 80% de la población, unos 88 millones de personas. Entre los habitantes más pobres de Filipinas se encuentran los pueblos indígenas, los pequeños agricultores que cultivan las tierras recibidas a través de la reforma agraria, los aparceros y los pescadores. Además, los índices de pobreza son más altos entre las mujeres que entre los hombres.
El analfabetismo y los altos niveles de desempleo contribuyen a la elevada tasa de pobreza. Con más de 11 millones de jóvenes sin escolarizar en el país y tasas de abandono que se duplican cuando los niños llegan a la escuela secundaria, los esfuerzos educativos se convierten en un paso clave para romper el ciclo de la pobreza y ofrecer alternativas de desarrollo.