Comienzan temprano por la mañana para guiar a los jóvenes en lo que a veces es un juego, una recreación y un momento de reflexión y profundización. Esta es la iniciativa promovida en el Vaticano especialmente para las nuevas generaciones, que tiene lugar del 3 de julio al 4 de agosto. La tarea de los educadores es involucrar a los más pequeños en un recorrido que tiene como trasfondo la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. Lo hacen a través de juegos, deportes, espectáculos y talleres grupales. El tema elegido este año es Bee heroes - Squadre di eroi”, en el que las abejas ayudan a comprender ciertos valores mientras se divierten.
Sor April Hoffman procede de Estados Unidos, donde dio clases en un colegio de primaria y secundaria. Tiene treinta y seis años y actualmente se encuentra en Roma para seguir un curso sobre espiritualidad salesiana. "Estoy muy contenta de vivir esta experiencia en el Vaticano con tantos niños", confiesa. Durante este periodo de estudio en Roma, de hecho, ha echado de menos el contacto directo con los niños, porque hablarles de Jesús según el espíritu de Don Bosco es para ella "hacer juntos una experiencia de familia". De hecho, el santo de Turín, explica Sor Hoffman, quería acercar a los jóvenes a Jesús y viceversa. Por eso, se siente privilegiada de poder desempeñar el papel de educadora en el entorno donde vive el Papa y donde hay tesoros de fe y arte, como la Basílica de San Pedro, los Museos y los Jardines Vaticanos.
El salesiano Avil Correia, por su parte, tiene treinta años y es de Mumbai, India. Es estudiante de tercer año de Teología en la Pontificia Universidad Salesiana. En Mumbai ya ha realizado el aspirantado de discernimiento vocacional y el año de noviciado. Ahora se prepara para el sacerdocio. También para él, la experiencia vaticana "es única, diferente de las que he tenido en los dos últimos años. Aquí se colabora mucho con los laicos, es una nueva forma de trabajar y el estilo también es salesiano". Está muy contento de ver que los niños se sienten como en casa en Estate ragazzi donde disfrutan y aprenden con las actividades y talleres, juegos y eventos especiales.
El papel de los educadores, explica, es "estar junto con los animadores a cargo. Desde la mañana, cuando hay juegos, durante las comidas, hasta los momentos educativos". La tarea fundamental es estar cerca de todos para ofrecer el espíritu salesiano, que es "llevar el amor de Cristo a los niños, y ser signos y portadores de este amor". Correia subraya que "vivimos este espíritu en el tiempo compartido con los niños y sus familias, en nuestra presencia y cercanía. De hecho, lo importante es la colaboración con los laicos". En este aspecto, prosigue, "nos estamos centrando mucho y aprendiendo unos de otros, aplicando el método Don Bosco".
El "más veterano" del equipo es el Padre Joseph Benny, también de la India, que tiene cuarenta y tres años. Es sacerdote desde hace doce años y vive en la comunidad salesiana de las catacumbas de San Calixto, en Roma. Es el coordinador del Estate Ragazzi y este es el segundo año que desempeña esta función. También para él esta experiencia es "muy enriquecedora y llena de bendiciones tanto para los niños como para los adultos". Lo que más le impresiona de esta edición 2023 es ver el compromiso de los veinte jóvenes de quince años que trabajan junto a los animadores. Son aquellos que ya han participado en el Festival de Verano de la Juventud en temporadas anteriores y que, al haber crecido, serán ellos mismos animadores dentro de dos años.