Me llamo Joël Komlan Attisso. Soy togolés de origen y nacionalidad, y soy miembro de la 151ª Expedición Misionera Salesiana, la de 2020; que, sin embargo, al haber partido en plena pandemia del Covid-19, no pudo efectuar el curso de orientación antes de dirigirnos para nuestra misión.
Fui enviado a la Visitaduría Beato Felipe Rinaldi, en Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón (PGS). Como tirocinante, me enviaron a nuestra escuela secundaria. Mi experiencia misionera en Papúa Nueva Guinea es una experiencia gozosa de encuentro y descubrimiento de las realidades culturales y sociales de Melanesia.
Aunque estoy lejos de mi patria, no me he sentido solo ni abandonado, porque he sido bien recibido y bien aceptado por mis hermanos de la Visitaduría, y por la gente, especialmente los jóvenes. Mi mayor alegría como misionero es precisamente ser aceptado, querido y ayudado por los hermanos. Desde mi llegada, he experimentado la acogida, la apertura y el amor de la gente hacia los misioneros, especialmente hacia aquellos que les muestran cariño, respeto y amabilidad.
Este ambiente me permitió integrarme progresiva y fácilmente en un contexto totalmente nuevo para mí, togolés. Aquí me di cuenta de que, como misioneros, estamos llamados a amar y servir al pueblo al que somos enviados. Estoy seguro y convencido de que, a través de mi amor y mi servicio, y con la ayuda de la gracia de Dios, damos un testimonio creíble de Jesús.
Por último, quisiera invitar a todos los que sienten la llamada especial de Dios a ser misioneros a no tener miedo del lugar o del contexto al que serán enviados. Nuestra fuerza está en saber que el Señor acompaña y precede siempre a cada misionero, dondequiera que sea enviado.
En el sueño de Don Bosco sobre Oceanía, vio una multitud de jóvenes que gritaban: "¡Venid en nuestra ayuda!". No tengáis miedo de venir, ¡porque todos juntos podemos amar y servir a los jóvenes de Oceanía!