En el Martirologio Romano leemos del Beato Artémides Zatti: "Religioso de la Sociedad de San Francisco de Sales, que brilló con celo misionero y partiendo para las regiones inaccesibles de la Patagonia, dedicó toda su vida al hospital de aquella ciudad (Viedma, en Argentina, donde está enterrado) con suma generosidad, con toda paciencia y humildad, hacia las exigencias de los necesitados”. Es el primer salesiano coadjutor canonizado.
Artémides (Boretto, Reggio Emilia, 12 de octubre de 1880 - Viedma, Argentina, 15 de marzo de 1951) emigró con su familia, a principios de 1897, a Argentina para establecerse en Bahía Blanca, donde frecuentó la parroquia dirigida por los Salesianos. A los veinte años fue acogido por monseñor Juan Cagliero como aspirante salesiano e ingresó en la casa de Bernal, donde se le encomendó la tarea de asistir a un joven sacerdote enfermo de tuberculosis, contrayendo él mismo la enfernedad. Enviado para ser atendido en el hospital San José de Viedma, conoció al padre Evasio Garrone. Junto a él pidió y obtuvo de María Auxiliadora la gracia de la curación, con la promesa de dedicar toda su vida al cuidado de los enfermos. En 1908 hizo su profesión perpetua como salesiano coadjutor. Comenzó a ocuparse de la farmacia anexa al hospital y, luego, asumió la responsabilidad del hospital. Como «buen samaritano», vivió una entrega absoluta a los enfermos, reconociendo en ellos el rostro de Cristo. En la escuela de Don Bosco hizo de la Providencia el primer y seguro ingreso en el presupuesto de sus obras. San Juan Pablo II lo proclamó beato el 14 de abril de 2002 y el papa Francisco lo inscribió en el registro de santos el 9 de octubre de 2022.
Los textos litúrgicos en las seis lenguas más habladas de la Congregación están disponibles al final de la página.