En los últimos días, dedicados a la apropiación personal del camino realizado juntos y a la verificación, lo que ha emergido y más ha influido en la experiencia de los participantes, fue recibido como un tesoro precioso. Además, gracias a este tiempo pasado en los lugares de Don Bosco, a cada uno se le confía este tesoro, para que puedan utilizarlo y multiplicarlo en sus inspectorías de origen.
Estos son algunos de los puntos fuertes que surgieron tanto en la evaluación como en la videoentrevista realizada el último día:
Se descubrió un nuevo rostro de Don Bosco, más allá del rostro popularmente conocido de su formidable actividad. Su entrega sin reservas a una misión tan fecunda y universal tiene raíces muy profundas. Hay un acompañamiento de gran valor que forma su espíritu y su arte educativo-espiritual, desde los años de los Becchi y luego a través de todas las etapas de su vida, no menos intensas que antes de su ordenación sacerdotal. En la vida de Don Bosco, la formación y la misión se hacen una, como nos pidió el Papa Francisco en su mensaje al CG28. Así él hacia con los primeros salesianos, formándolos y acompañándolos en una misión que produzca santidad. “La obra de Don Bosco es hacer santos” (Pío XI).
Se aferró por experiencia el arte de la escucha: de Dios, de uno mismo, de cualquier hermano y hermana que busca ante todo este tipo de disponibilidad.
Se ha visto de primera mano que hay un camino difícil de ascesis y disciplina para aprender a escuchar, prestando atención al encuentro siempre constante entre Dios y el corazón de aquellos que nos fueron dados para servirlos. Esta obra de la gracia dentro del misterio de la libertad tiene prioridad sobre los planes, las ideas, los consejos que quien hace de acompañador tenía preparados.
Fue sobre todo la experiencia directa lo que hizo que todos estuvieran más dispuestos y convencidos de ponerse en camino para convertirse en un compañero de viaje creíble para los demás: los ejercicios espirituales guiados personalmente; las sesiones de practicum donde por turnos se ejercitan en guiar la conducción, ser guiados y supervisar; el training para la adquisición de competencias.
Primera condición: convertirse en guías guiados, como lo fue para Don Bosco. Sin él no podemos imaginar a Domingo Savio, sin duda no tendríamos Don Bosco sin Cafasso. Esto confirma que el acompañamiento es esencialmente MISIÓN para quien vive el carisma salesiano: es una manera de hacerse como Don Bosco para los jóvenes y para todos. Quien vive en un ambiente y con educadores capaces de encarnar este tipo de proximidad educativo-pastoral tiene buenas posibilidades de convertirse a su vez en un acompañador de los jóvenes al estilo de Don Bosco. Por eso es tan importante vivir el Sistema Preventivo en las casas de formación inicial, que es otra forma de definir el acompañamiento espiritual salesiano. En efecto, sólo a través de esta experiencia directa vivida es que se puede aprender a revivirla y a multiplicarla, cualquiera que sea la implicación en la misión de vida salesiana "hasta el último suspiro".
La escuela salesiana de acompañamiento espiritual siguió la misma dinámica: lo que se quiere practicar y vivir en tantas Inspectorías y naciones de origen se vivió intensamente en los lugares de Don Bosco, esperando que la semilla fructifique y se multiplique más allá de lo esperado.
La segunda edición de la escuela tendrá lugar del 17 de agosto al 19 de septiembre de 2022, nuevamente en Valdocco y Colle Don Bosco, para salesianos de idioma italiano, español o portugués.
