“Con los fieles o mis sacerdotes comentamos a menudo cuántas veces en el pasado habíamos leído los pasajes del Evangelio en los que Jesús dice que ama a sus enemigos. Siempre pensábamos: 'Claro, ya está, ¡Jesús tiene razón!'. Pero todo parece simple solo hasta que realmente hay que ponerlo en práctica”, añade el prelado, durante un coloquio con el padre Roman Sikon, SDB, y Michal Krol, de “Misiones Salesianas”, en una pausa entre sus viajes para dar aliento y ayuda a la población de su diócesis.
Su experiencia de estos más de dos meses de conflicto le permite dar un testimonio directo sobre la guerra que de otro modo no parecería creíble: "Sin minimizar lo que está pasando en Mariupol, Chernihiv, Kharkiv..., en realidad la gente que vive en las áreas más seguras están teniendo una experiencia más intensa de la guerra. Sienten el odio de esta agresión a Ucrania y muchos sienten odio por lo que les está pasando en su país. Es puro miedo, es la muerte la que recorre las calles de nuestras ciudades. En cambio, en las zonas más directamente expuestas a los enfrentamientos se ven personas que no pierden el optimismo, que además logran bromear en estos momentos difíciles, y que pueden ver que Dios los protege al pasar por las balas”.
Por eso el prelado salesiano nunca deja de consolar a sus hermanos, a sus sacerdotes y a todos los voluntarios que están comprometidos en el apoyo humanitario a los necesitados, que son tantos en Ucrania en este momento. "¡Gracias por lo que están haciendo!" es la expresión que Mons. Kryvytskyi usa al acompañar los abrazos de consuelo.
Luego recorre las naves laterales de las iglesias, en muchos casos ahora transformadas en depósitos y explora y observa los recursos disponibles, el trabajo realizado y lo que aún queda por hacer. Conociendo las necesidades de su diócesis, a los salesianos les pidió la ayuda adecuada: pan, que le fue enviado en camión desde Polonia, junto con otros alimentos, sábanas y colchones.
Él mismo participa por videoconferencia en una sesión del equipo salesiano de coordinación para la gestión de la ayuda a la población ucraniana. “Muchas cosas varían de un día a otro -continúa-. Teníamos algo de ayuda para enviar a Chernihiv, donde la población corre el riesgo de quedarse sin alimentos, pero ahora solo se puede llegar a la ciudad por el río. Por eso hemos conseguido barcos”.
No sólo como hermano unido por el carisma salesiano, sino también como guía de la diócesis de Kiev-Zhytomyr, Mons. Kryvytskyi expresa todo su agradecimiento por el trabajo de la Familia Salesiana a favor de la población ucraniana. “Gracias por las donaciones enviadas, por la ayuda que le permitió huir a muchos refugiados, y por cualquier otra actividad que estén planeando, porque de vuestra ayuda nos hemos hecho dependientes”, añade el prelado al concluir su encuentro virtual con la coordinación salesiana, inmediatamente antes para saludar a todos y darles la bendición apostólica.