Para la mayoría de los participantes este fue el primer retiro en silencio total de su vida salesiana, y resultó ser una experiencia profundamente contemplativa. El contexto ambiental del Colle Don Bosco y el contexto temporal de la Semana Santa proporcionaron las coordenadas adecuadas para una profunda experiencia de Dios a casi todos. Las sesiones de encuentro con los guías fueron un excelente modelo de acompañamiento espiritual real, que difiere de la rendición de cuentas, de la confesión o del asesoramiento.
La tercera semana del programa comenzó el Lunes de Pascua, una tercera fase con una serie de estímulos y reflexiones entregadas en lugares originales, que destacaron el papel de los guías espirituales en la vida del joven Juan Bosco. Su primera guía espiritual fue, por supuesto, Mamá Margarita. Después, cuando el pequeño “Giovanni” tuvo que residir en la Cascina Moglia durante tres años -debido a sus dificultades en Becchi- buscó la guía del padre Francesco Cottino, cerca de Moncucco.
Después de su regreso a Becchi, a los pocos días se encuentra providencialmente con Don Calosso en el camino de Buttigliera a Morialdo, quien le proporcionó el modelo para sus encuentros de los años siguientes, con los diversos Bartolomeo Garelli, Domingo Savio, Miguel Magone, Francisco Besucco… Don Calosso que está en Morialdo por un malentendido, se convirtió en el benefactor enviado por Dios en la vida de Don Bosco, llevándolo a dar un gran paso hacia la realización del sueño que tuvo a los 9 años. Finalmente, en Chieri, Juan Bosco vuelve a la formación escolar y del seminario, apoyado por muchos otros, material, intelectual y espiritualmente.
La mayoría de los participantes consideró que la idea fundamental que surgió durante esta semana fue que la historia de cada Hijo de Don Bosco corresponde un poco a la historia del fundador de la Congregación, y esto constituye una invitación perenne para ayudar a los jóvenes confiados a la salesianos.
Actualmente, los participantes de la Escuela de Acompañamiento Espiritual Salesiano se encuentran en una fase de formación en habilidades teniendo en vista que ellos den apoyo. Finalmente, durante la última semana del programa, tendrán la oportunidad de realizar sesiones prácticas de acompañamiento espiritual, supervisadas por el equipo de la escuela.