Así, mientras el semanario Famiglia Cristiana del 20 de marzo -y en los días anteriores también el diario Avvenire y varias Agencias- nos muestran las diversas formas de "puertas abiertas" que ofrece la solidaridad salesiana hacia el pueblo ucraniano, el Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime se encuentra en Camerún.
De este país africano llegan imágenes alegres, coloridas, diría festivas, que demuestran una hospitalidad filial, ligada a los valores africanos y llenos de gratitud. No hay que olvidar que aquí muchas obras son apoyadas materialmente por la caridad salesiana.
En este momento, el X Sucesor de Don Bosco se encuentra en Camerún desde el 15 de marzo, donde ya ha visitado las presencias salesianas de Yaundé y Ebolowa: un conjunto que desde 1979 se ha vuelto variado, compuesto por escuelas profesionales, el Instituto Teológico, actividades pastorales y asistenciales.
El padre Ángel, hasta el día 24 del presente mes, está predicando los Ejercicios Espirituales a los Inspectores y Consejos Inspectoriales de la Región Salesiana de África-Madagascar. Es una visita de animación y aliento muy esperada, la que había sido postergada debido a la pandemia de Covid-19.
Para los salesianos, África es una tierra en expansión, como lo son (¿o lo eran?) los Balcanes. La presencia del Rector Mayor para la Familia Salesiana significa un vínculo de unidad y esperanza. Esto explica los estallidos de alegría y una serie de encuentros en los que el Superior General se dedica a una especie de carrera, en la que no se desperdicia ningún minuto. No hay que olvidar que en los últimos dos años después del Capítulo General 28, el padre Ángel tuvo una pesada faena, entre continuos tampones, Covid, vacuna y encuentros online, visitando Ecuador y varias Inspectorías europeas.
El padre Ángel antes de partir, sufrió intensamente esta guerra aún en curso en Ucrania, así en dos cartas a la Familia Salesiana del mundo, una del 1 de marzo y otra del 12 de marzo, estigmatiza la guerra como una agresión contra un pueblo indefenso, instando a la solidaridad y a la fraternidad generosa. También envió a su delegado especial, el padre George Menamparampil, con el Ecónomo General, el Sr. Jean Paul Muller, para coordinar y dinamizar la ayuda.
“Como salesianos y como familia de Don Bosco -escribió entre otras cosas- deseamos ayudar de todas las maneras posibles”.
Las dos cartas subrayan también el compromiso de los salesianos de la Visitaduría de Ucrania, de las cuatro Inspectorías de Polonia, de "Missioni Don Bosco" de Turín, de "Misiones Salesianas" de Madrid, de Alemania, de Suiza, de Rumanía , de las inspectorías italianas y así sucesivamente.
El servicio del Rector Mayor, además, se realiza en una extensión espacio-temporal que comprende a más de 130 países. Por eso, el rostro sonriente y sereno del sucesor de Don Bosco -a pesar de todo- es un don del que todos debemos agradecer al Señor. Tener un padre que hable palabras de luz y amor no es una hecho automático, especialmente en estos tiempos donde las pandemias y la guerra han favorecido la no presencia y despertado tantos miedos.
