Mbaukwu es una ciudad de 37.500 habitantes, que viven principalmente de la agricultura y el comercio. Se encuentra en una llanura a cientos de metros sobre el nivel del mar. La mayoría de los habitantes de la comunidad dependen de algunos arroyos para abastecerse de agua, que no solo no siempre es suficiente, sino que muchas veces ni siquiera es limpia.
El nuevo pozo construido gracias a las donaciones de la Procura Misionera Salesiana está beneficiando a más de 10.000 personas al año.
En la otra población, Abajah, las familias locales también dependen del agua de los arroyos para lavar, cocinar y beber. Pero esta fuente de agua es verdaderamente insalubre y está contaminada, y como resultado los residentes han sufrido mucho por las enfermedades que se transmiten en el agua y otras dolencias relacionadas, especialmente el tifus y la malaria. Gracias al apoyo de las “Salesian Missions”, solo en Abajá habrá más de 25.000 personas que se beneficiarán cada año de la nueva fuente de agua limpia.
“Debido a la falta de agua potable, especialmente durante la estación seca, algunas personas se ven obligadas a recorrer largas distancias para buscar agua en los arroyos –explica el padre Max Okoro, misionero salesiano en Lagos –. Además de evitar el inconveniente de tener que ir lejos para obtener agua limpia, la realización de estos proyectos de perforación salvará a las comunidades de enfermedades e infecciones evitables causadas por la gran dependencia del agua de lluvia y los cursos de agua”.
Recientemente otra población, la de Akwa Umuikwele, se ha beneficiado de la financiación del programa salesiano “Iniciativa agua limpia”.