Después de haber inspeccionado la estructura salesiana y haberla aprobado oficialmente como Centro de Atención, las autoridades sanitarias competentes asignaron a la estructura salesiana un médico responsable de los tratamientos debidos, proporcionaron todo el equipo de protección personal necesario, cilindros de oxígeno y desinfectantes, y planificaron una jornada de formación para las seis enfermeras que trabajan en el centro, incluidas tres hermanas de la Familia Salesiana.
Para garantizar la máxima seguridad en la gestión de los casos, se han creado varios itinerarios de entrada y salida en el centro; las 40 camas disponibles se distribuyen en dos dormitorios separados y bien ventilados; todas las superficies se limpian y desinfectan con una máquina nebulizadora; los vestuarios están separados para que el personal sanitario pueda vestirse y quitarse de forma segura el equipo de protección personal (EPI), que luego será eliminado por los trabajadores municipales encargados, junto con otros residuos médicos.
En el centro de tratamiento sólo ingresaron los pacientes sintomáticos o paucisintomáticos indicados por las autoridades competentes, junto con mujeres que no tienen espacio en sus hogares para aislarse. El único niño aceptado fue un bebé de 5 meses, después dado de alta con su madre, ambos en excelentes condiciones de salud.
Los pacientes son controlados constantemente y a su disposición siempre hay medicamentos básicos, paracetamol y vitaminas, así como una dieta sustanciosa y equilibrada especialmente pensada para ellos. Y tan pronto como había una cama disponible era ocupada un nuevo paciente enviado desde los hospitales del estado de Meghalaya.
Finalmente, cabe señalar que todo este servicio no tuvo el menor costo para los pacientes que allí son hospedados. Todos los gastos fueron cubiertos gracias al empeño del Tesorero Inspectorial del INS, el padre James Thyrniang, en colaboración con la Oficina de Planificación y Desarrollo, y varios benefactores.