El Mides comenzó a instrumentar los Paradores Nocturnos como centros que lleva adelante junto con organizaciones sociales, que tiene por público objetivo principal a personas que están en situación de calle y que no quieren ingresar a centros por diferentes circunstancias. “Es una propuesta intermedia entre pasar a la intemperie y los refugios que albergan a personas en situación de calle pero que, para acceder a los mismos, se requieren cumplir con ciertas condiciones que muchas de estas personas no están dispuestas a asumir (por ejemplo, ingresar sin mascotas, ciertas condiciones de higiene, etc)”, explicó el Lic. Juan José Malvárez, Adjunto a la Dirección Nacional de Protección Social del MIDES y exalumno salesiano.
Esta iniciativa supone la articulación “con organizaciones que conocen a la gente que vive en la calle, con la que tienen un vínculo, con quienes hay confianza, y por eso aceptan pernoctar en los paradores”. “Hay un componente de relación que es un diferencial”, acotó el Lic. Malvárez. “Este es un camino que la sociedad civil y el Estado podemos y debemos trabajar en conjunto”, puntualizó.
"La Olla de Villa Colón” nació hace 5 años como iniciativa de un grupo de jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano de Villa Colón que se conformó con la intención de ayudar a quienes se encuentran en situación de calle en los barrios Colón y Villa Colón. El objetivo del grupo reside en cultivar vínculos cercanos y constantes con las personas en situación de calle que contribuyan a dignificarlas, acercándose a ellas a través de un servicio esencial como lo es el alimento. Desde el primer día, cada viernes en la noche de marzo a diciembre, los jóvenes preparan un buen plato de comida sustanciosa, y salen al encuentro de quienes viven en la calle. La comida, es una excusa para ir construyendo lazos y poder no solo acompañarlos, escucharlos, sino prestarles otras ayudas que van apareciendo. Este año, por ejemplo, los llevaron a vacunarse contra el COVID-19 con la cooperación del MIDES y propiciaron otros encuentros más asiduos, como ver juntos los partidos de la selección y compartir un plato de comida, para irlos preparando para esta nueva propuesta.
En la inauguración de ayer asistieron el Padre Inspector salesiano, Alfonso Bauer sdb, la Diputada Fernanda Araújo, funcionarios del MIDES, los jóvenes integrantes de “La Olla” y sacerdotes salesianos de la comunidad del Pío.
SE CUMPLE UN SUEÑO
“Desde que se planteó la posibilidad de emprender este proyecto lo encaramos con mucho entusiasmo porque siempre tuvimos ganas de poder hacer algo más que darles un plato de comida a las personas que están viviendo en la calle. Nuestros recursos han sido siempre limitados y que nos hayan dado esta posibilidad sin dudas nos abre un horizonte y nos ayuda a cumplir un sueño”, comentó Juan Pablo Paipó, uno de los jóvenes que integra “La olla de Villa Colón”. Explicó que “la propuesta apareció hace dos meses y nos reunimos para analizar dónde y cómo instrumentarla, con miedo e incertidumbre pero con muchas ganas”. “Fuimos haciendo pruebas piloto de reunión con las personas en situación de calle en un lugar determinado pero juntos, para ir probando la convivencia, y cuando les dijimos de esta propuesta explotaron de alegría y la están aprovechando”, subrayó.
El Ministro del MIDES, Martín Lema, no pudo asistir en forma presencial pero les envió un mensaje por WhatsApp a los jóvenes agradeciendo el trabajo “detallado” que realizan para que estas personas en situación de calle no solamente tengan un lugar donde dormir sino que encuentren afecto. “La verdad es que cuando me llegaron las imágenes con los nombres de cada uno, vi que no son pequeños gestos, son enormes gestos que hacen la diferencia”, les expresó. “Todo mi respeto, reconocimiento y admiración a la enorme tarea que están desarrollando. Un abrazo grande y ni una persona por perdida”, les dijo.
El Parador Nocturno está ubicado al ingresar al enorme predio que alberga el Colegio Pío, en una casa destinada años atrás a los exalumnos del Colegio. El padre Julio Dodero sdb comentó que al considerar la posibilidad de ofrecer donde pernoctar a las personas en situación de calle, la comunidad salesiana destinó fondos para acondicionar el edificio y con la generosidad de la comunidad y otros que sin ser integrantes dieron su aporte, fue posible esperar ayer a sus nuevos habitantes con camas acondicionadas con colchones y almohadas nuevas, frazadas al tono, abrigos y, un detalle que no pasó desapercibido, cada cama tenía el nombre de la persona que la ocuparía.
Porque el trato es realmente personalizado como es costumbre en los ambientes salesianos.
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