Mientras la situación lo permitía, DonBoScuola continuó sus actividades de siempre en presencia: de los cincuenta niños y jóvenes inscritos -cumpliendo con todas las normativas y requisitos de seguridad- treinta fueron acogidos cada día, gracias al apoyo diario de cinco voluntarios que ayudaban a los niños en el estudio y en el juego.
Pero la determinación de la "zona roja" en la ciudad de Macerata hizo que los niños ya no pudieran llegar a la Casa Salesiana. Por eso la comunidad educativo-pastoral salesiana, desde el martes 9 de marzo ha puesto todas las energías disponibles para poner en marcha el "DonBoScuola" en modo remoto: han participado niños de 16 a 19 años pertenecientes al "Clan & Noviciado" del grupo scout y la Compañía del Savio, así como jóvenes universitarios; todos ellos se dedicaron al acompañamiento individual, aunque de manera digital, de los pequeños destinatarios de la iniciativa.
Tratando de transmitirles alegría y cohesión, les ayudaron con sus deberes, les hicieron compañía en la merienda y les organizaron talleres y juegos. Para todos los voluntarios, especialmente los más jóvenes, fue una oportunidad para dar una respuesta rápida y responsable a las múltiples oportunidades de servicio que se ofrecen habitualmente.
Aquí están los testimonios de algunos de los voluntarios:
“A distancia se pierde la relación entre los niños, pero se crea otra relación muy bonita entre el animador y el niño, incluso más de la que se crearía en presencia”.
“Tenía miedo de no poder ayudarlos como quería, pero las dos niñas a las que ayudé eran muy buenas y me sentí contenta de poder darles una mano”.
DonBoScuola me hace sentir útil y de darme dentro de mis posibilidades, sobre todo en esta situación en la que todos nos sentimos impotentes ante algo más grande que nosotros”.
“Cuando me pidieron que diera un servicio en DonBoScuola, francamente tuve miedo, porque era la primera vez en que me habría encontrado solo con un niño sin el apoyo de un grupo ... Pero en solo dos días de servicio recibí el mejor regalo posible: un niño de 10 años me revelaba sus sueños. Encontré a un menor muy inteligente y sensible detrás de una situación complicada, y aprendí a no detenerme en las apariencias porque no debemos esperar todo de inmediato”.