Pamela es estudiante de quinto año de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alepo. Como su salud sentía varios síntomas alarmantes durante los dos últimos meses, se sometió a varios análisis. Y a partir de los resultados, los médicos estimaron que su estado de salud requería un gran suministro de plasma sanguíneo (un promedio de 13 bolsas por sesión) y durante varias sesiones. Para comprender la urgencia y gravedad de la situación es necesario aclarar que una bolsa de plasma se obtiene a partir de 7 bolsas de sangre: esto explica la gran y urgente necesidad del mayor número de donantes posibles para asegurar las cantidades de plasma requeridas.
Así las informaciones y llamadas telefónicas se difundieron, primero en Aleppo y luego por toda Siria, buscando donantes. A través de las redes sociales y del intercambio de mensajes, se ha desarrollado una cadena que instaba a contactar y motivar a la mayor cantidad posible de donantes de sangre del grupo 0 positivo.
El resultado fue visible en la mañana del 21 de marzo: en la puerta del banco de sangre, mucha gente, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, algunos que conocen a Pamela y otros no, musulmanes y cristianos reunidos, se apresuraron a expresar su amor y el deseo de hacer el bien. “Y no se fueron hasta que cerró el banco de sangre”, dice el salesiano de Alepo el padre Pier Jabloyan.
"Queremos compartir este hecho para decir que siempre hay esperanza, a pesar de la brutalidad de la guerra y las grandes dificultades económicas que atraviesa Siria. Ante una petición de ayuda, encontramos solidaridad y cercanía entre los ciudadanos sirios, y hoy asistimos a un amor sincero y una respuesta inigualable por Pamela ...” comenta el salesiano con renovada esperanza.
Incluso en este caso, los hijos espirituales de Don Bosco no se quedaron al margen: tanto en Alepo, como en Siria y en todo Oriente Medio, no dudaron en apoyar desde cerca o lejos a Pamela, animándola, apoyándola e invitando rezar por ella.
