El decreto aprobado por el Papa, con el que también asegura las virtudes heroicas de siete siervos de Dios, se reconoce el martirio de los Siervos de Dios José Álvarez-Benavides y de la Torre, decano del Capítulo de la Catedral de Almería, y 114 Compañeros asesinados por odio a la fe entre 1936 y 1938.
La Familia Salesiana ha dado también un contributo cruentamente, durante la Guerra Civil Española de 1936-1938. Se trata de los sacerdotes Beato José de Calasanz Marqués y Henry Sáiz Aparicio, y 93 compañeros mártires, cuya fiesta es el 22 de septiembre.
Es un testimonio que se une al martirio de los cuatro miembros de la Familia Salesiana, fundada por Don Bosco: Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores y una socia de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA).
Estos mártires son frutos maduros de un carisma vivido en la obra de evangelización y educación por parte de los discípulos que estaban en condiciones de ofrecer toda la vida y jugar hasta el martirio, como testimonio de Jesucristo, con el sueño de que la Palabra de Dios fuese recibida y se manifestase su poder liberador y renovador.