Las actividades de todo el país ahora se ven profundamente afectadas por el toque de queda, las restricciones de movimiento, los cierres de mercados y las restricciones comerciales. Los costos de los bienes primarios continúan superando el poder adquisitivo y las familias sirias atraviesan un momento de tensión económica inimaginable.
A la crisis económica se añaden los problemas de estudio: las escuelas funcionan a impulsos y los estudiantes (desde los niños de la primaria hasta los universitarios) no están equipados para poder seguir lecciones desde casa y se están quedando más rezagados en sus estudios.
Ante esta situación, los hijos espirituales de Don Bosco en Siria, activos en Damasco, Kafroun y Alepo, ya están acostumbrados a trabajar en condiciones de emergencia y han tomado medidas para ayudar a las familias que, ya probadas por años de guerra, ahora se enfrentan a los efectos de la pandemia.
Por ello, han puesto en marcha dos programas de apoyo diferenciados para personas en dificultad académica: uno que beneficiará a 200 niños, y otro dirigido a 180 estudiantes de los últimos años de bachillerato y universidad.
Además de estos proyectos de refuerzo escolar, hay un tercer programa, de apoyo económico a 200 familias vulnerables.
Cada iniciativa se realiza con el objetivo, propio del carisma salesiano, de cuidar a los menores más desfavorecidos y ofrecerles aquellas oportunidades de desarrollo que de otro modo no podrían conseguir.
Porque, como dijo un testimonio salesiano sirio, el padre Pier Jabloyan, “quien siembra terror y dolor a través de la guerra está destinado a terminar en el basurero de la historia. Pero el que se queda con los que sufren será recordado para siempre”.
Para obtener más información, visite el sitio web: www.missionidonbosco.org