Desde el año 2009, el MJS de Italia Central ha estructurado la formación de estos jóvenes en tres campamentos distintos: la Base, el Bosque y la elección para los chicos. Además de éstos, hay otros que se dirigen transversalmente a diferentes jóvenes de diferentes edades.
El Campo Base es el paso fundamental para comprender cuáles son las características de un animador salesiano a través del conocimiento de sí mismo y de sus motivaciones. Es también el primer campamento de verano que pone en contacto a los jóvenes con sus compañeros de otras partes del centro de Italia, que viven las mismas alegrías y penas en la educación en el ambiente salesiano.
La segunda experiencia es el CampoBosco, una experiencia de siete días en la que se recorren los pasos de la vida de Don Bosco y de Madre Mazzarello para conocerlos y comprenderlos mejor. Un campamento itinerante donde se tiene la oportunidad de visitar los diferentes lugares salesianos significativos que sirven para la formación y la educación y para descubrir el origen de las dos Congregaciones.
El último campo de formación es la “elección”, una experiencia en la que cada joven es llamado a encontrarse con su propio futuro, releyendo cuidadosamente su propio pasado. El campamento tiene como objetivo permitir a los jóvenes hacer suya la identidad del animador salesiano, capaz de ser corresponsables en la Comunidad Educativo-Pastoral.
Para un camino de profundización de la Palabra de Dios, en cambio, el MJS propone el Campo Bíblico que este año se realizará en Tierra Santa, para redescubrir las raíces cristianas.
En el Campamento Misionero, en cambio, cada muchacho puede vivir una experiencia comunitaria, sencilla, espartana, alegre y relajante, compartiendo con otros chichos y chicas salesianos el trabajo manual, en medio de la naturaleza, cultivando el encuentro con Cristo.
La última propuesta del MJS de Italia Central es el Campo Vocacional, donde se puede profundizar en el camino de la búsqueda vocacional, con vistas a una decisión.
Detrás de cada propuesta hay una gran respuesta de los jóvenes, signo de que el trabajo compartido entre religiosos, familias y jóvenes conduce a resultados positivos que ayudan a los jóvenes a convertirse en "ciudadanos honrados y buenos cristianos".