Venezuela fue una vez el estado más rico de América del Sur, sin embargo, tomó solo unos pocos años en convertirse de un país próspero a un país hambriento. Después de 25 años de su debut en la escena mundial con un golpe de Estado, Chávez que está muerto, sobrevive la demagogia de su sucesor, Nicolás Maduro.
Venezuela ya no tiene la fuerza para soportar el peso de este legado sobre sus hombros: los niveles de inflación son cercanos al 5.000% anual, una cifra aterradora. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida realizada por la Universidad Católica Andrés Bello y publicada en febrero pasado encontró que el 87% de los hogares se encuentran en situación de pobreza y el 61.2% en situación de extrema pobreza.
Alrededor de 8.2 millones de venezolanos consumen dos o menos comidas al día, y son comidas de mala calidad. La desnutrición ya ha cobrado miles de víctimas entre los más jóvenes. Muchos están muriendo o están en peligro de muerte. Una catástrofe humanitaria está en marcha y solo es “musitada” con voz baja por los medios de comunicación.
Pero, a pesar de la situación que vive ese país, los Salesianos se han comprometido en primera línea contra la violencia desenfrenada y el hambre de miles de niños, adolescentes, jóvenes, familias. Los salesianos desean un apoyo: https://www.missionidonbosco.org/
La primera presencia salesiana se remonta a 1895. Los Hijos de Don Bosco pasaron más de un siglo viviendo junto a los venezolanos, ofreciéndoles educación y apoyo. Ahora su objetivo principal es proporcionar apoyo nutricional a las personas que viven a los alrededores de los centros salesianos, ya sean escuelas, parroquias, centros profesionales, estructuras de acogida, oratorios. Lo han estado haciendo durante meses, tratando de luchar entre el "Carnet de la Patria" (distribuido por el gobierno que sirve para comprar comida y otros productos para uso diario) y el mercado negro.
Actualmente han pedido ayuda. La distribución y el tipo de comida dependen de las situaciones. Existen parroquias en las que se distribuye una sopa una vez por semana, escuelas donde se ofrecen 3 comidas al día, y otras instalaciones educativas donde se ofrece un refrigerio diario. Un refrigerio que consiste en un jugo de fruta y una “arepa” (una especie de pan, similar a la tortilla mexicana). Esto cuesta un promedio de 30 céntimos de euro; una sopa 40 céntimos de euro; una comida completa 50 céntimos de euro. Necesitamos toda la ayuda posible: ¡con 30, 40, 50 euros se puede garantizar una comida para muchas personas durante varios días!
Venezuela muere de hambre. La gente no puede esperar más. Necesita de nuestra ayuda.
Para poder colaborar: https://www.missionidonbosco.org/