(...) Soy plenamente consciente de la acusación de aquellos que argumentan que la religión es la causa de los males del mundo. (...). Pero, es el odio, el miedo y el deseo de distorsionar la “religión” y manifestar que esta es la causa de todos los problemas.
En una vigilia realizada en Bury hace unas noches, la madre de una adolescente de 15 años que murió en el atentado en Manchester lanzó desesperadamente un llamado a la unidad, pidiendo a todos ser fuertes y permanecer unidos. “Por favor, no dejen que mi hija sea una víctima”, manifestó. Jesús nos enseñó a poner la otra mejilla. Cuando estamos en pleno dolor, neguemos a ser manipulados por la rabia ciega y la venganza, se requiere fuerza y es un gran desafío para nosotros.
Los terribles acontecimientos del Manchester han sacado lo mejor de muchas personas: personas que vivían cerca abrieron sus hogares a personas lejanas, médicos fuera de servicio que socorrieron a los heridos, taxistas, que muchos de ellos son musulmanes llevaron a los heridos de forma gratuita, personas que viven en las calles solas y sin hogar ayudaron a los niños heridos, negocios, tiendas, cafeterías han dado de comer sin pedir nada a cambio.
(...) Nuestra fe no puede volver a la vida a aquellos que fueron asesinados cobardemente. Nuestra fe no puede explicar por qué jóvenes inocentes y con futuro han muerto. Lo que podemos hacer es enseñarles a afrontar el dolor, ayudarles a manejar la ira, mostrar amor y compasión, continuar en la vida para llegar a nuestros semejantes, y orar, porque el mundo rara vez ha tenido tanta necesidad de la oración.
Fuente: RuaLink