El Don Bosco que emerge de sus cartas con miles de personas, leídas cuidadosamente y en su totalidad, tiene un carácter excepcional y de importancia histórica y política (Francesco Barra), histórico cultural (Sebastiano Martelli), histórico -sociológico (Giovanni Gallina), histórico precursora (Nicola Bottiglieri).
Don Bosco captó efectivamente todas las oportunidades ofrecidas a nivel político, social, cultural, económico de la época, con limitados recursos del que disponía. Fue una experiencia de un "proyecto de vida" que tenía el único objetivo: salvar almas (y cuerpos) de decenas de miles de jóvenes en situación de riesgo y preservar la fe de las grandes poblaciones.
En la terminología actual se podría decir que es como un verdadero empresario “selfemade”, que ha sabido detectar la lógica del Start-up y permitió construir lo útil y desarrollar conocimientos y herramientas de comunicación a través del cual aumentaba su propia empresa. Obviamente es una empresa “santa", sin embargo, como todos los negocios, ha tenido sus “accidentes” (ya sea por debilidades, por errores, por ilusiones, por fracasos, por conflictos, incluso por conflictos legales).
“Un Epistolario de experiencias y no solo de palabras”, ha sido definido Don Bosco. Es el resultado de 4.000 páginas de 7 volúmenes ya publicados, y que están llenos de palabras, pero nunca vacías de contenido, sino llenas de energía vital, de acción creativa, de potencial educativo y de un trabajo innovador apostólico.
“Las cartas – ha manifestado el P. Francesco Motto SDB - no solo es una autobiografía del santo sino también el tema de fondo y la interpretación de toda la acción compleja, variada y problemática de Don Bosco”.
Evidentemente la publicación de cerca 5.000 cartas, más de un tercio de los cuales son absolutamente desconocidas, hacen de Don Bosco un personaje único, cuya verdadera identidad reside en la totalidad de su ser y de su actuar y no solamente en un aspecto de su vida, ni siquiera el pedagógica o milagroso.
