El tema elegido por el Papa Francisco para la 109ª Jornada del Emigrante y del Refugiado es: "Libres para elegir emigrar o quedarse". En su Mensaje, de hecho, el Santo Padre afirma que: "Emigrar debería ser siempre una elección libre, pero de hecho en muchísimos casos, incluso hoy, no lo es. Los conflictos, las catástrofes naturales o, más sencillamente, la imposibilidad de llevar una vida digna y próspera en su patria obligan a millones de personas a marcharse".
A continuación, el Mensaje del Papa Francisco señala cómo la persecución, la guerra, los fenómenos meteorológicos y la miseria son algunas de las causas más visibles de las migraciones forzadas contemporáneas. "Los emigrantes huyen por pobreza, por miedo, por desesperación", se lee en el Mensaje. "Para eliminar estas causas y poner así fin a las migraciones forzadas, es necesario el compromiso común de todos, cada uno según sus responsabilidades. Un compromiso que comienza por preguntarnos qué podemos hacer, pero también qué debemos dejar de hacer. Debemos esforzarnos por detener la carrera armamentística, el colonialismo económico, el saqueo de los recursos ajenos, la devastación de nuestra casa común".
Los misioneros salesianos, que trabajan en más de ciento treinta países de todo el mundo, están en primera línea para ayudar a inmigrantes y refugiados a instalarse en sus nuevos países y acceder a los recursos que necesitan.
El Padre Timothy Ploch, Director en funciones de Salesian Missions, dijo: "Los programas salesianos ayudan a los refugiados e inmigrantes a adaptarse a su nuevo entorno a través de programas de formación lingüística y de desarrollo de la mano de obra. También trabajan para ofrecer más oportunidades a los jóvenes para que permanezcan en sus países de origen en lugar de verse obligados a emigrar en busca de trabajo".
Entre estos programas, un ejemplo es el que se lleva a cabo en la República Dominicana en favor de quienes viven en la pobreza y, en particular, de los inmigrantes haitianos. Gracias a la colaboración entre Salesian Missions y la organización humanitaria “Rise Against Hunger”, se proporcionaron comidas de arroz sanas y nutritivas. La donación ayudó a muchas familias haitianas que esperan la documentación necesaria para formalizar su estancia en el país. Además, muchos migrantes permanecen en centros de detención antes de ser devueltos a Haití. Sin embargo, a menudo no hay espacio suficiente en los centros para todas las personas que allí se encuentran y recibir una comida al día es importante para su salud y ofrece una gran tranquilidad a las autoridades y organizaciones que trabajan con ellos.
En Egipto, por otro lado, los misioneros salesianos ofrecen desde 2014 cursos de formación para ayudar a los refugiados a adquirir las habilidades necesarias para el empleo a través del "Sunrise Project". Hasta la fecha, este programa, posible gracias a la financiación que Salesian Missions recibió de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de EEUU, ha ayudado a más de 3.000 refugiados del África subsahariana, yemeníes y sirios, y a ciudadanos egipcios vulnerables.
En Addis Abeba, la capital de Etiopía, donde viven más de un millón de refugiados del continente, el proyecto piloto del Fondo Mundial de Solidaridad cambió la vida de más de mil quinientos migrantes "retornados", refugiados y desplazados internos en treinta meses. Cinco congregaciones religiosas, entre ellas los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora, bajo la coordinación de la arquidiócesis, se han encargado de su formación. Hasta la fecha, más del 70% ya han encontrado trabajo. Es el caso, por ejemplo, de Abebech, una madre etíope que llegó a Addis Abeba desde Zwai en busca de trabajo y fue acogida con su bebé por las Misioneras de la Caridad, pero luego vivió y estudió corte y confección en el "Mary Help College" de las Hijas de María Auxiliadora (HMA) y ahora trabaja en una empresa de confección.
Además, los misioneros salesianos que permanecen en Ucrania y en los países vecinos, como Polonia y Eslovaquia, siguen trabajando para ayudar a las personas que se han visto afectadas por la guerra y que ahora se encuentran desplazadas. De hecho, más de 8,1 millones de ciudadanos ucranianos, principalmente mujeres, ancianos y niños, viven como refugiados en otros países. Los misioneros salesianos de Eslovaquia han estado al lado de las personas necesitadas desde las primeras horas de la guerra, acogiendo a huérfanos de Lviv y abriendo las puertas de sus centros para dar cobijo al mayor número posible de personas. Los salesianos han cubierto las necesidades básicas, como alimentos, alojamiento, atención médica y apoyo psicológico. También están proporcionando educación a los jóvenes y cursos de idiomas a los adultos, para que puedan ser lo más autosuficientes posible y encontrar trabajo para mantenerse.
Fuente: Salesian Missions