Perder cada día a los niños, a nuestros hermanos y hermanas inocentes, a causa de la violencia y el odio, hace tanto daño y nos duele tanto a nosotros que vivimos aquí y muchos amigos y fieles que comparten con nosotros esta difícil situación.
En primer lugar, es muy bueno y nos anima mucho, tanto a nosotros los cristianos como a nuestros compatriotas musulmanes, escuchar las palabras sinceras a favor de Siria y a favor de la reconciliación. La gente está muy cansada, ha perdido la fuerza y ya no es capaz de soportar la guerra. El Santo Padre tiene razón cuando dice que el pueblo sirio es una víctima. Porque, está pagando las consecuencias de los conflictos y sobre todo paga estos conflictos la gente pobre.
Nos unimos a las voz del Sumo Pontífice y gritamos: "No hay una solución militar en Siria, sólo una solución política”. Sólo a través del diálogo se puede desarrollar la solución.
El Papa lo ha repetido que la paz en Siria es posible. Sí, es posible, cuando los países dejen de enviar las armas a los combatientes, cuando dejen de mirar a Siria como un pastel para compartir, cuando dejen de tratar a la Siria como un cuadrado para aparecer ante el mundo como el salvador, cuando dejen el fuego, el odio y la división. "Con la mano derecha de acarician y con la izquierda te golpean", dijo el Papa; nosotros los Sirianos constatamos que realmente la realidad es así.
Lo más hermoso del mensaje de Papa Francisco es una invitación a orar por las personas que sufren en Siria. Realmente creemos que el Señor nos dará su paz.
Y te damos gracias porque siempre estás listo para orar y para apoyar al pueblo sirio.