El Centro Juvenil Salesiano “Sean Devereux” fue fundado en 1991 para acompañar a los ex niños soldados y a otros jóvenes necesitados de Monrovia. Está ubicado en Matadi, una de las zonas más pobres de Monrovia, donde muchas familias apenas pueden disponer de una comida al día y donde todos viven  juntos en una misma habitación, la mayor parte del tiempo sin siquiera tener acceso a la energía eléctrica.

Por eso, muchos jóvenes consideran que el centro juvenil “Sean Devereaux” es su hogar. El centro normalmente hospeda a unos 500 jóvenes cada día, quienes encuentran allí la oportunidad de estudiar, adquirir habilidades para la vida y participar en actividades deportivas y culturales. La guía de los salesianos responsabiliza a los jóvenes, les da fuerza, les ayuda a recuperar la confianza y a ponerse objetivos positivos para el futuro.

El segundo centro juvenil salesiano se encuentra en Tappita, un lugar inaccesible durante largos períodos debido a la temporada de lluvias, ya que está inmerso en la jungla, con los caminos de acceso sin asfaltar y muy accidentados. Una condición que obviamente conlleva grandes dificultades para que la población local acceda a los servicios y obtenga víveres provisiones ...

Pero en esta realidad el centro juvenil salesiano consigue realizar el milagro de la educación. De hecho, hay muchas historias de éxito que se pueden contar.

Como la de Amy Karpu, ahora una feliz estudiante de 21 años del "Starz College of Science and Technology", que de niña sufrió miedo y aislamiento. Con la ayuda de los salesianos ha recuperado la confianza en sí misma y ahora es una de las animadoras más trabajadoras y comprometidas.

O como la historia de Amounchen Dossen, que actualmente estudia Economía en el “Politécnico Stella Maris”. Cuando comenzó su carrera en el 2005 en el Centro Juvenil, su familia no podía pagar la matrícula; recibió una beca del Centro Juvenil desde el 2005 al 2010 y participó en diversas actividades y programas de formación. Agradecida por todo esto, estuvo entre los jóvenes más activos en las acciones de sensibilización e información durante la epidemia del Ébola y de la pandemia del Coronavirus.

El arduo trabajo de los salesianos y laicos comprometidos en los Centros Juveniles Salesianos sigue dando esperanza y tiene un profundo impacto en la vida de los jóvenes liberianos pobres y necesitados.

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