Cuando comenzó su ministerio en Turín, se dirigió a la "Consolata", la Patrona de dicha ciudad. De hecho, la primera estatua mariana en la capilla de Pinardi fue la de "Nuestra Señora de la Consolación".
Durante sus primeros veinte años de ministerio, se dirigió entretanto hacia la Inmaculada Concepción, cuyo dogma declarado (1854) además de las apariciones de Lourdes (1858) seguramente tuvieron una cierta influencia en Don Bosco. Él se dirigió a la Virgen Inmaculada para pedirle ayuda y protección para su pastoral educativa para los niños pobres y abandonados.
A partir de 1862 Don Bosco comenzó a utilizar el título "Auxilium Christianorum", "Auxilio de los Cristianos", coincidiendo con los difíciles acontecimientos históricos que atravesaba la Iglesia. Un día le dijo a Don Cagliero: “Nuestra Señora quiere que la honremos con el título de María Auxiliadora; los tiempos que corren son tan tristes que realmente necesitamos que la Virgen nos ayude a preservar y defender la fe cristiana”.
Por tanto, Don Bosco imaginó la iglesia de Valdocco, construida entre 1865 y 1868, no como una parroquia, sino como un santuario mariano para la ciudad de Turín, para Italia y para el mundo entero.
Desde 1875 Don Bosco quiso que todos los envíos misioneros se realizaran en ese santuario. Así, con su decisión definitiva, el santuario de María Auxiliadora de Valdocco se convierte en el centro de expansión de su carisma de Fundador.
Por ello, Don Egidiò Viganò pudo afirmar que, así como el espíritu misionero es un elemento esencial del carisma salesiano, así “la devoción a María Auxiliadora es un elemento esencial de nuestro carisma; impregna sus características y aviva sus elementos". (ASC 289).
Los misioneros salesianos han llevado la devoción a María Auxiliadora a 134 países. La Asociación de María Auxiliadora (ADMA) se ha convertido en un importante medio para evangelizar la religiosidad popular y alimentar la fe del pueblo, como la imaginaba Don Bosco. El envío misionero que se realiza en la Basílica de María Auxiliadora de Valdocco es un gesto con el que la Congregación renueva cada año su compromiso misionero ante María Auxiliadora.
Difundimos la devoción a María Auxiliadora como medio para arraigar el carisma de Don Bosco en nuestros contextos. ¡Le confiamos a todos nuestros misioneros y a todos aquellos que están discerniendo su vocación misionera!
P. Alfred Maravilla SDB
Consejero General de Misiones