Afirma el P. Agustín Novoa Leyva SDB, Director del Proyecto Salesiano Tijuana A.C:
Para fortalecer nuestra identidad vivimos los elementos que nos nutren día a día como la caridad que es el DON que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad.
En Proyecto Salesiano Tijuana queremos ser una asociación que forme buenos cristianos y honestos ciudadanos, con una actualización constante, resilientes a los cambios sociales, económicos, religiosos, por medio de un acompañamiento de nuestros destinatarios para convertirnos en punto de referencia en la promoción integral de la persona, en lo social con coherencia entre nuestra fe, vida y ecología.
Para seguir avanzando en nuestros procesos, en nuestros sueños e ilusiones todos y cada uno debemos acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo. Vivir la FE en Cristo. Esto significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios. Esta Verdad no es una construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o ilustres, sino que es un mensaje que recibimos y podemos comprender gracias a la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios que nos ama antes de que nosotros mismos seamos conscientes de ello.
Estando ya en los 34 años de PST creemos en lo significativo de nuestra acción por el bien que hacemos a la sociedad de Tijuana y en la Iglesia de esta Arquidiócesis por eso nos mueve la esperanza. En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación. Queremos alimentar, transmitir y contagiar la esperanza estamos más atentos a «decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de «palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian» (Carta enc. Fratelli tutti [FT], 223). A veces, para dar esperanza, es suficiente con ser «una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia» (ibíd., 224).
En este XXXIV aniversario y en los que vienen con la gracia de Dios brindemos la esperanza como inspiración y luz interior, que ilumina los desafíos y las decisiones de nuestra misión.
Fuente: Salesianos Tijuana