Siendo joven sacerdote se ocupó de las "vocaciones tardías" y como Rector Mayor, puso en marcha la red de aspirantes a misioneros (la primera erigida en 1922 en la ciudad de Ivrea). Durante su rectorado (1921-1931) el número de salesianos profesos -tras los horrores de la Primera Guerra Mundial- aumentó de manera exponencial: de 4.638 Salesianos y 437 novicios en 1921 a 8.059 Salesianos y 895 novicios en 1931.
El Beato Rinaldi se caracterizó por el celo misionero. La 61ª Expedición Misionera Salesiana, en 1929, fue la mayor de la historia salesiana: partieron 374 Salesianos y 103 Hijas de María Auxiliadora.
A él se debe el crecimiento de la Familia Salesiana: fundó la Asociación de Exalumnos y el Instituto secular de los Voluntarios de Don Bosco (VDB). Consolidó la estructura de los Salesianos Cooperadores y a través de la ADMA, promovió una fuerte devoción a María Auxiliadora.
Incluso como Rector Mayor estuvo involucrado en la guía espiritual de muchos, dedicando gran parte del tiempo a las confesiones. Su cuidado por la vida interior de los Salesianos y de los miembros de la Familia Salesiana hizo posible el gran movimiento vocacional y misionero.
Con motivo de su fiesta, la VDB compartió algunos de los "Pensamientos" del Beato Felipe Rinaldi, que se enumeran a continuación:
- En el recogimiento, en el silencio interior, se escucha la voz de Dios y se forma el alma consagrada.
- Hagan todo el bien posible, según el espíritu de Don Bosco.
- Cuiden la vida interior; tengan buen ánimo, sin preocuparse por el éxito.
- Ama al Señor y en el amor del Señor, ama a tu prójimo. Es el verdadero cumplimiento de la vida consagrada.
- Una persona profundamente humilde y mansa se entrega voluntariamente a los demás, se sacrifica generosamente, ama a Nuestro Señor más perfectamente.
- Cuando obedecemos a las disposiciones que Dios ha puesto para nosotros, día a día, estamos haciendo la voluntad de Dios.
- La vida es trabajar. Quien vive trabaja; cuando no haces nada, mueres.
- Permanezcan unidos en el mismo espíritu y se entenderán más fácilmente.
- Amabilidad y cortesía en las miradas, en las relaciones, en las palabras: conquistar a todos con bondad.
- Jesús derramó toda su sangre en obediencia al Padre y para salvar a la humanidad. Jesús, nuestro modelo, fue obediente hasta la muerte de Cruz.
- No debemos esperar hacer cosas extraordinarias en asuntos espirituales. Sean sencillos como los niños.
- La piedad es como la comida y es lo primero que se le da a la criatura. Es el alimento de la vida cristiana, por eso no debemos dejar de alimentarla, para que la vida espiritual no disminuya en nosotros.
- La esencia de la verdadera piedad es la Santa Comunión, las buenas obras y, mejor aún, la imitación de aquella a quien queremos honrar: María Santísima.