Nací de padres católicos, crecí en una parroquia salesiana y estudié desde el comienzo en la escuela primaria hasta el último año de bachillerato en la escuela católica de las Hermanas de Maryknoll. (...) Mi compromiso con los jóvenes comenzó hace varios años, como voluntaria en algunos programas juveniles de la Pastoral Juvenil Salesiana, hasta que más tarde fui nombrada Coordinadora de la Pastoral Juvenil. Han sido ocho años de compromiso pleno y gratificante.
En mi adolescencia no me di cuenta de cómo el método salesiano de educación y espiritualidad estaba inspirando e influenciando mi vida. Pero es gracias a los muchos salesianos que me acompañaron que me he convertido en lo que soy hoy. Inspirado en el Sistema Preventivo, me esfuerzo por caminar con los jóvenes, que son ricos en talento y creatividad, tratando de hablar con ellos abiertamente y ayudarles a superar sus altibajos.
Al tener que enfrentarme a ellos, me di cuenta de que la oración es realmente importante. (...) Independientemente de quién sea un joven, católico o no, o incluso si es vehemente o dominante, una vez que está en oración y se presenta ante el Señor, es un "niño" que mira a su "Padre". (…)
En abril tuve la oportunidad de estar presente como observadora en el Capítulo Inspectorial. Y me alegré mucho cuando me comunicaron que también podré participar en la CG 28 como representante de los laicos de la región Asia Este–Oceanía. No sé si estoy a la altura de esta importante tarea, pero le pido a Dios que me guíe y mientras tanto reflexiono sobre el tema: ¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy?
Por mi parte, solo deseo caminar de la mano de los Salesianos para acercarme y ayudar a nuestros jóvenes.