Stephan nos manifiesta:
Vengo de la provincia de Tiruchy, ese es mi origen. Pienso que cada llamada es personal y única y a veces me pregunto cómo el Señor me ha preparado para su misión.
Me uní a los Salesianos el 2012 y durante el año de formación inicial tuve la oportunidad de ser miembro activo de los grupos misioneros. Luego, con gran entusiasmo, solicité ser misionero ad gentes el 2018.
La llamada de nuestro Rector Mayor, que pedía a las Inspectoría de la India que fueran generosas con las misiones, tuvo un gran impacto en mí. Me sentí agradecido a todos los misioneros que, a lo largo de los años, han llevado el carisma de Don Bosco a la India. Estaba listo para irme y ser enviado a cualquier parte del mundo. El Señor escogió México para mí y acepté con alegría y fe.
Seguí el curso misioneros, con otros misioneros de todo el mundo, animados por el Consejero General para las Misiones, P. Guillermo Basañes. El curso fortaleció mi disposición a marcharme e hizo que mis motivaciones fueran aún más claras.
Aquí en México, me he encontrado y tengo grandes oportunidades para comprometerme a favor de los jóvenes necesitados. Son mi ‘zarza ardiente’, mi inspiración y la razón de mi ser salesiano. Me ayudan a aprender el idioma y la cultura local y en medio de ellos siempre me siento como en casa.
Desde mi experiencia, a todo aquel que quiera iniciar el viaje misionero le digo:'¡Escucha a Aquel que te ha llamado!’ Escucha tu voz interior y a nadie más. Seguramente el Señor nos ayudará, a través de las personas a decirnos algo a través de los directores espirituales. Mantengamos vivo el espíritu misionero.
No he hecho una promesa a un territorio en particular. Mi “sí” pertenece más bien a toda la Congregación y a todo el pueblo de Dios. En estos tiempos, de hecho, debemos entender la misión no como una simple acción, sino como una forma de vida.