“En Mbuji Mayi – narra el P. Pérez - Yo estoy a cargo de violaciones de los derechos de los niños, especialmente del fenómeno de los niños brujos. Estos son niños de entre 8 y 14 años. Los huérfanos, los discapacitados, los albinos. Se les acusa de brujería. A menudo las acusaciones parten de los mismos padres y los niños están obligados a abandonar sus hogares y terminan viviendo en las calles. Pero hoy en día, para muchas familias la obsesión con la magia negra no es más que un pretexto para alimentar a menos hijos en las familias”.
Antes de trabajar en Mbuji Mayi, el P. Pérez también sirvió en otros centros misioneros. Trabajó en la frontera entre Colombia y Venezuela en medio de los desplazados por las guerrillas. Luego de los estudios en Turín, fue enviado a Lubumbashi donde trabajó con niños de la calle. El año de 1997 fue enviado a Burundi donde se convirtió en director del Centro Don Bosco de Goma-Ngangi, que durante la guerra y la situación de miseria extrema, acogió, educó y alimentó a unos 40.000 niños. El año 2009, el centro salesiano fue galardonado por el Premio Internacional de UNICEF: “Primero los niños”.
En abril de 2010, justo después del terrible terremoto, el P. Pérez fue enviado a Haití. Su servicio no solo fue llevar ayuda, sino también promover una mentalidad de compromiso: “He llevado esperanza a muchas personas que se encontraban en el campo de refugiados en Thorland, Carrefour. He involucrado a muchas personas que participan en la gestión del campo, todos debían ofrecer algo para el bien de los demás, aunque la situación era muy complicada”.
Después de tantos años de servicio en diversos lugares y con diferentes experiencias, el P. Pérez mira la misión con visión amplia desde la Congregación. “Como salesiano me centro en la dimensión mundial y en la dimensión misionera que representa mi Congregación (...) porque vivimos en una sociedad solidaria, a la luz del Evangelio”.
Mayor información se encuentra disponible en el sitio web: “Missioni Don Bosco”.
