¿Cuál es la experiencia más hermosa de su vida consagrada secular?
Yo estoy muy agradecida por la relación que tuve con el Asistente Espiritual Salesiano y la relación que él tenía con nosotras. Algunos de los salesianos de entonces habían salido recientemente de las cárceles comunistas, luego de tanto sufrimiento. Eran figuras paternas, sufrían por nosotras, gozaban nuestra vida sosteniendo nuestro crecimiento vocacional. Y me siento muy agradecida por el don de participar en la Familia Salesiana.
¿Cuál es el estado actual de las VDB en el mundo?
Después de 100 años creo que somos más maduros. Atesoramos nuestra historia, de la que deriva una nueva visión para nuestro desarrollo institucional, en otras culturas y en otros tiempos. Nuestra tradición no es algo rígida, es un regalo muy dinámico. Actualmente todo está cambiando - la cultura, el hombre, el mundo - pero Dios nunca cambia. Y tratamos de compartir la experiencia de Dios con otras personas y tratamos de dar testimonio de Dios a través de nuestras vidas. Numéricamente, somos en el mundo 1.200 VDB dispersas en 46 países, agrupadas en 23 regiones. La mayoría de los miembros viven en Europa y América Latina. El mayor crecimiento actual se está dando en África y tenemos más de 120 aspirantes en el estado Asiático.
¿Qué sueños y proyectos tiene para el futuro de la VDB?
Cada VDB trae un sueño en el corazón. Sueño que Dios nos va transformando de manera que podamos transformar el mundo. Dios tiene su propia agenda. Lo que es importante para nosotras son las necesidades de la Iglesia. Tratamos de ser muy sensibles a la voz profética del pueblo de Dios. Escuchamos con atención particular al Papa Francisco y tratamos de vivir cerca de los últimos y de los más pobres. No tenemos miedo a la diversidad, ni a aquellos que no están en contacto con la Iglesia o incluso aquellos que no están de acuerdo con la Iglesia. El Reino de Dios es más grande que Iglesia Católica. Dios ama a todos. Sueño que las VDB estén presentes en cada barrio.