Hola, Guy Roger, ¡preséntate!
Soy Guy Roger Mutombo Mutshi, salesiano de Don Bosco de la República Democrática del Congo. Provengo de una familia de seis hijos, tres hermanas y tres hermanos. Pertenezco a la Visitaduría salesiana de África Congo Congo (ACC), donde inicié mis primeros pasos salesianos, desde aspirante hasta posnovicio, y donde presenté mi carta de solicitud para la misión ad gentes al Rector Mayor. La Visitaduría ACC me ha ayudado y acompañado en mi camino vocacional, ayudándome a madurar y a comprender la vida salesiana. Mi disponibilidad actual para la vida misionera es fruto del apoyo formativo recibido en la Familia Salesiana de ACC; por ello, agradezco a Dios por haberme dado esta hermosa familia, y que el Señor siga obrando en la misión de esta magnífica y maravillosa Visitaduría.
¿Qué te inspiró a elegir ser misionero?
Ante todo, soy hijo de un país misionero y he sido marcado por la vida de los misioneros que han trabajado en mi entorno, especialmente los misioneros salesianos. Mi vocación o entusiasmo misionero surgieron durante el prenoviciado, gracias a algunos cursos de formación misionera organizados por el responsable del prenoviciado, el padre Antoine Kabengele, y dirigidos por mi superior de entonces, el padre Manolo Jiménez. Desde los primeros misioneros enviados por Don Bosco hasta nuestros días, este camino despertó en mí el deseo misionero. Dejar la propia tierra, cultura, entorno habitual, preferencias y vivir lejos de la familia en nombre del Evangelio de Jesús, compartiendo la cultura y las condiciones de vida de quienes son destinatarios de la misión: esta es la característica principal de la vida misionera de quienes han aceptado vivir como misioneros en mi país. Este estilo de vida salesiana ha tenido un impacto muy positivo en mí, dándome el coraje de asumir este estilo de vida por el Evangelio de nuestro Señor.
¿Estás feliz con el lugar al que te diriges? ¿Tienes algún temor o preocupación sobre el nuevo lugar, la cultura y las personas?
Respecto a mi misión, me alegra ser uno con los hermanos del sur de Italia para que, a través de mi testimonio de vida, los jóvenes de esta región puedan consolidar su fe en Dios. La vida humana se compone de descubrimientos y experiencias, así que no tengo ningún temor hacia mi tierra de misión. Como persona que puede aprender y comprender, me impulsa el único deseo de adaptarme e inculturarme, conforme a las realidades de mi tierra de misión.
¿Cuáles son tus planes y sueños para tu vida misionera?
Mis proyectos y sueños para mi vida misionera son vivir en comunión de espíritu y de acción con mis hermanos salesianos del IME, para la salvación de los jóvenes pobres y abandonados, según el corazón de Don Bosco y para mayor gloria de Dios. Como todos los salesianos, mi misión es ante todo comunitaria. En la comunidad, juntos realizaremos nuestro único proyecto, que sigue siendo la salvación de los jóvenes.
¿Cómo reaccionaron los miembros de tu familia, amigos y hermanos salesianos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
Como sabes, en nuestras familias, especialmente en África, lo único que conocen de la vida religiosa es la vida en el convento o el seminario. Las preguntas sobre cómo vivir, qué hacer y dónde estar no siempre se comprenden del todo. Lo importante es que mis seres queridos puedan vivir con la consciencia de nuestra vida misionera, que nos llama a estar listos para ir donde la misión nos requiera. Este modo de hacer comprender a mis seres queridos mi elección, sobre todo a mi familia, me ha brindado mucho apoyo y ánimo; estoy feliz de contar con su acompañamiento.
¿Tienes algún modelo de gran misionero cuyo estilo de vida desees seguir?
El primer misionero, el más grande, el único y verdadero modelo es Jesús, enviado por el Padre para reconstruir la unidad entre Dios, el Creador, y su creación, el mundo. Además, cada salesiano que ha vivido la vida misionera, una vida de sacrificio y de entrega, es para mí un modelo incomparable hoy. Siguiendo el Evangelio, nuestro único estilo como apóstoles de Cristo es vivir una vida de sencillez; y como religiosos salesianos de Don Bosco, nuestro estilo familiar es vivir nuestros consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad.
¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes sobre la elección y vocación misionera?
Deben escuchar la voz interior que les habla. Nuestro deseo siempre comienza con un hecho. Que los jóvenes presten atención a los signos vitales que tocan su corazón, para tomar buenas decisiones en su vida. La vocación misionera es un deseo de amor, es una semilla plantada en lo más profundo del corazón por Dios; Dios es el director de nuestras elecciones y nosotros mismos somos los actores de esa decisión. Cada joven debe ser consciente de que es el actor principal en el episodio vital de su vida, y de este modo puede dejar a Dios el rol de director. Como Don Bosco, pongamos todo nuestro empeño, compromiso y, sobre todo, determinación para llevar a cabo nuestras decisiones. El único modo de lograrlo es mediante la capacidad de discernir nuestras elecciones.