Al final de su mandato como Presidente de la URCEC, ¿puede explicarnos qué es esta organización y qué representa en el panorama educativo francés?
La URCEC es una unión que reúne a los responsables de las redes de congregaciones educativas, así como a algunas asociaciones de fieles (Foyers de Charité, Emmanuel) y fundaciones canónicas que tienen la responsabilidad de las escuelas. Es una red importante: la URCEC representa a un tercio de los dos millones de alumnos de la educación católica francesa.
¿Qué representa la Red Don Bosco en las redes de congregaciones francesas?
La red Don Bosco está formada por escuelas gestionadas por salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, con alrededor de treinta mil alumnos en Francia (y otros cinco mil en Bélgica francófona). Es una red de tamaño adecuado: algunas de menor tamaño a veces tienen dificultades.
En general, las redes tienen tamaños diferentes y algunas han optado por unir fuerzas con otras, fusionarse o "delegar" la supervisión de sus instituciones a otra red o a las diócesis. En otras palabras, la reestructuración está en marcha, y lo ha estado durante varios años, para ofrecer un apoyo lo suficientemente estructurado a las escuelas.
¿En qué han trabajado en la URCEC en estos años?
En primer lugar, decidimos establecer una Secretaría General estructurada al servicio de las redes, para poder escuchar sus preguntas, ofrecerles apoyo, si es necesario, hablar en su nombre y darles una voz específica dentro de la educación católica.
También nos tomamos el tiempo para conocer bien las redes, reunirnos con sus líderes, evaluar sus recursos y escuchar sus proyectos. Esto nos permitió apoyar a los más vulnerables, y naturalmente continuamos haciéndolo.
También creamos un departamento de formación para preparar a las personas involucradas con los jóvenes que están bajo tutela externa a la familia, y apoyamos a la Unión de Organizaciones de Formación de Congregaciones a través de la UNIFOC.
En los últimos años, hemos escuchado muchas críticas a la educación católica, acusada de no hacer su parte por la diversidad social, a pesar de que la mayoría de las congregaciones religiosas originalmente crearon escuelas para los más desfavorecidos. ¿Es este un tema de discusión en la URCEC?
Obviamente, es una cuestión importante. Por contrato con el Estado, la escuela católica es una escuela para todos. Dicho esto, como todos sabemos, el Estado subvenciona solo parcialmente nuestras escuelas y debemos recurrir a otras fuentes de financiamiento, especialmente a las familias. Esta situación puede discriminar el acceso a nuestras escuelas. Por lo tanto, debemos encontrar otras medidas de apoyo: sistemas de solidaridad, contribuciones familiares variables según los ingresos, etc. Dicho esto, el protocolo de coeducación firmado con el Ministerio nos compromete y debemos trabajar para mejorar nuestras condiciones de recepción y hacerlas más accesibles. En noviembre, la URCEC organizó un día temático sobre este tema y las discusiones continúan.
Desde su posición privilegiada, ¿cuál es su visión de la escuela en Francia?
El riesgo siempre es quedarse dormidos y reproducir sistemas que pensamos que funcionan para todos los estudiantes. Se han logrado algunos avances, con una mejor oferta para los estudiantes con necesidades especiales y métodos de enseñanza más participativos e individualizados. Pero, por supuesto, hay margen de mejora.
Las escuelas de las congregaciones, por su parte, no son perfectas. Pero todas forman parte de la tradición de un fundador o fundadora que, en su mayoría, tuvieron que inventar un modelo y, por lo tanto, innovar en una época en que la oferta era escasa, especialmente para los niños que no provenían de entornos privilegiados. Es esta tradición la que debe inspirarnos hoy: no reproducir lo que ya se hace, sino buscar constantemente métodos de aprendizaje y entornos escolares en los que cada niño y joven pueda florecer, desarrollarse y cultivar su propio proyecto de vida.
La escuela no puede concentrarse solo en los programas y buscar resultados. Debe esforzarse por ofrecer un entorno estimulante y una relación educativa gratificante. Y aquí, creo que la referencia a Don Bosco ofrece muchas ideas.
